Los Valores DE LA MONARQUÍA

 

                                               Javier Albert Gutiérrez. Alicante, 13/01/06

 

Las razones de la Monarquía son culturales, no filosóficas. Los sistemas filosóficos utópicos siempre han acabado en cruentas carnicerías. Por ejemplo, Francia (1789 y Napoleón), URSS, China, Alemania, Camboya, Vietnam, Corea, Iraq, Irán.

 

Las comunidades de seres vivos, y sobre todo, las humanas, se rigen por argumentos históricos. La Monarquía ha demostrado que es una institución mucho más fiable y exitosa que la república.

 

Roma, llegado un momento de su desarrollo político, tuvo que recurrir a ella para poder sobrevivir. Fue obra de dos personas superdotadas, Julio César y Octavio, pero si no hubieran existido ellos, o hubiesen sido otros o hubiese desaparecido Roma. Sin el Imperio Romano y la Monarquía Carolingia Europa no sería hoy una civilización ni estaría constituida como UE.

 

Los países más democráticos, avanzados y estables de Europa, América y Asia son aquellos que no han sufrido el trauma de la las revoluciones republicanas, como el Reino Unido, Suecia, Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, y Japón. Aquellos países en que las revoluciones republicanas no destruyeron su patrimonio artístico y cultural, es decir, no borraron su memoria histórica.

 

La causa del estancamiento de Latinoamérica está en que surgieron como países tras revoluciones republicanas inspiradas en la francesa. Esto es lo que diferencia a Argentina, México y Venezuela de Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

 

España en concreto surgió de la crisis de la Edad Antigua como Estado independiente de la mano de la Monarquía Visigoda, que fue el primer Estado europeo de la Edad Media. Y en su tiempo, con Isidoro de Sevilla como botón de muestra conocido, el más avanzado en todos los órdenes.

 

La Monarquía fue la que hizo posible la recuperación de España, tras las invasiones por los imperios teocráticos y totalitarios de los árabes, almorávides, almohades, benimerines, turcos y berberiscos, que quisieron cambiarle hasta el nombre.

 

Sin la Monarquía hoy no existiría España ni los españoles, seríamos árabes y viviríamos como viven en Marruecos, Siria y Argelia.

 

La Monarquía de los Reyes Católicos fue la que recuperó España como Estado al final de la Edad Media y llevó la civilización hispánica allende los mares, donde imperaban los invasores aztecas e incas, que formaron crueles imperios teocráticos basados en la tortura, el terror y los sacrificios humanos de los pueblos indígenas.

 

El Reino de España, el Estado y la nación más antigua de Europa, y la civilización Hispánica, no hubieran nacido ni existido sin la institución de la Monarquía.

 

La invasión napoleónica, y los dos breves experimentos republicanos que padecimos, de once meses el primero y de cinco años el segundo, destrozaron el patrimonio histórico y cultural y causaron cientos de miles de muertos. Los responsables de esos nefastos regímenes escaparon con la parte móvil del patrimonio histórico y cultural español, y lo que no pudieron llevarse o no era rentable lo destruyeron.

 

Si a un pueblo se le borra su memoria histórica, como siempre han hecho las repúblicas, como en la URSS, China, Camboya, queda ya tarado para siempre. Imposibilitado para el desarrollo.

 

La Monarquía es la salvaguarda de la cultura e historia de los pueblos, la garantía de su estabilidad política y su continuidad. El Rey es el símbolo de la nación española, la síntesis viva más perfecta de su Historia, nuestro patrimonio de más valor y su representante más eficaz.

 

Eso es lo que demuestra la Historia de las Civilizaciones, que se han desarrollado siempre bajo monarquías. Sin la Monarquía Macedónica y la Monarquía Romana no existiría el helenismo ni el derecho, base de nuestra civilización. La Monarquía es una institución que vino dada por la experiencia de desarrollo cultural de los pueblos y que superó la barbarie.

 

La Monarquía amplio a los hombres de bien las fronteras de la aldea, del pueblo, de la ciudad, de la isla, para hacerlos universales e iguales en derechos. La Monarquía Constitucional de la reina Isabel II superó el absolutismo, y la Monarquía Parlamentaria trajo la democracia a España.

 

Todos los experimentos de ingeniera social pensados por los filósofos y políticos han terminado en el desastre, en el genocidio de millones de personas y en la deshumanización, como les ocurrió a los que sufrieron los Robespierre, Hitler, Stalin y Pol Pot. Y lo mismo les pasará a los que se dejan embaucar por las ensoñaciones fantásticas de los Jomeinis, Ben Laden, Castros y Chávez

 

Por la senda que vamos las nuevas generaciones, educadas en la LOGSE, ya están viendo restringida por la barrera de las lenguas su movilidad laboral y van a tener que sufrir nuevos EXPERIMENTOS SOCIALES que pueden caer en sangrientas carnicerías y en la miseria.

 

España, arreada a fustazos por los mohamed, oteguis, ibarreches y rovireches no debe seguir el camino que ha llevado al fracaso de Argentina y Yugoslavia.