EL CABALLO DE TURQUÍA NO CABE EN LA CUADRA DE LA UE |
Turquía es el país central de la civilización Turcomana compuesta por Azerbaiyán, Kazajstán, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Bosnia y Albania. Lo que debe hacer, y está haciendo, es asociarse democráticamente con esos países que antes estaban integrados en una cultura extraña a ellos como era la antigua URSS. Formando así una región, como la UE, que tendría posibilidades de un desarrollo estable.
Antes que Turquía deberían entrar en la UE, Noruega, Islandia, Croacia y Rumania.
También estaría antes, aunque no sería conveniente por ser culturalmente extraños, la civilización Eslavo-ortodoxa. Lo mejor sería que formaran una zona político-económica como la UE: Rusia, Bulgaria, Ucrania, Serbia, Moldavia, Bielorrusia, Georgia, Armenia, Macedonia, Grecia y.
El laicismo en Turquía fue la respuesta acomplejada a la pérdida de su hegemonía en la Primera GM y del califato en los años veinte. Pero hoy está retrocediendo a pasos agigantados. Su futuro está en fomentar los lazos con los países de su entorno natural. La cohesión tiene unas reglas que si no se respetan degeneran en graves conflictos. En cambio la afinidad da estabilidad y progreso no sólo interno sino en sus vecinos.
La mayoría de los conflictos surgen cuado una gallo foráneo se mete en corral ajeno. Cuando un Estado quiere imponer normas extrañas a otra civilización. Los países no occidentales que han conseguido el “take off”, que han despegado, han sido países como Japón, Corea del Sur y los tigres asiáticos que no han renunciado a su cultura y se han desarrollado respetando sus tradiciones.
Ese laicismo lo impuso una elite muy minoritaria y el Ejército, pero el Ejército turco está perdiendo poder político y en las últimas elecciones se han impuesto partidos confesionales religiosos. Hay mucho dinero, comisiones, dietas, sobornos, pero el negociete de los políticos lo pagarían muy caro los europeos y turcos. Esa es una de las causas que franceses y holandeses hayan dicho no a la Constitución Europea.
Turquía también es problemática porque con 80 millones de habitantes y gran crecimiento demográfico, se convertiría en el mayor país de la UE. Entraríamos entonces en una contradicción conflictiva, porque la UE sería hegemonizada por un Estado que ni geográfica, ni histórica ni culturalmente es Europeo. Eso sería como encerrar a un perro y un gato en una habitación. Turquía debe asociarse a la UE con un tratado preferencial, pero nada más.
Con Turquía en la UE cada decisión política originaría provocaría una crisis. La UE no sería operativa y se paralizaría. EEUU está presionando para que ingrese en la UE, porque la estrategia de EEUU y de otros países es evitar que surjan potencias que a escala global compitan con ellos.
Forzar las cosas en su forma más antinatural posible es sentar las bases de futuras situaciones explosivas y mortíferas. El voluntarismo, el buenismo y el infantilismo están bien para que politiquear, pero nada más.