La inútil estrategia de un tonto útil

 

Publicado por Javier Albert Gutiérrez en el diario INFORMACIÓN de Alicante, Opinión, 7 septiembre 1997

Los discrepancias en IU saltan al aire un día sí y otro también, a lo largo y ancho de todas las comunidades de España. La estrategia nadie la discute: el fin último de todo comunista sigue siendo la abolición de la sociedad de clases y terminar con la explotación del hombre por el hombre. La diversidad de opiniones viene a la hora de decidir cuáles son las mejores tácticas para llevar cabo la ineludible misión.

A Julio Anguita se le podrá criticar por otras cosas, pero no porque sus tácticas sean heterodoxas del "socialismo científico". Que no le hablen de los problemas puntuales de este o aquel trabajador, de esta o aquella empresa, son menudencias particulares que no llevan a ningún sitio. Que no le hablen de negociar y ceder en algún punto para sacar ventajas en otros. Para él son componendas que están traicionando a la clase trabajadora. Antonio Gutiérrez es un submarino del PSOE y Cándido Méndez su padrino. La única táctica válida de los sindicatos es la "Huelga General" que acelera las contradicciones del capitalismo y abre los ojos del proletariado. Y cuando el caos económico derrumbe la democracia burguesa allí debe estar la vanguardia del proletariado, aglutinada en el partido comunista, para conquistar el poder y abolir las clases de una vez para siempre. Las crisis económicas, la inflación, el déficit público, la deuda exterior y la convergencia hacia el euro son excusas del capitalismo para engañar a los líderes sindicales. ¡Y ahí tenemos a nuestro Julio Anguita descalificando a los sindicatos de clase!

El PSOE es lo que siempre ha sido para todos los marxistas-leninistas: los cómplices o lacayos del capitalismo. Peores que los partidos de derechas porque engañan con sus falacias a los obreros. Pero Don Julio tiene muy claro que el horno todavía no esta maduro para revoluciones en esta tierra nuestra. Aquí la táctica a adoptar es un paso atrás y dos adelante. Ahora lo que se trata es de la supervivencia del partido comunista. Si Stalin se alió con Hitler antes de la II Guerra Mundial para repartirse Polonia ¿por qué él no se va a aliar con el PP para repartirse los votos del PSOE?; los votantes engañados para IU y los cautivos para el PP.

Cuando Pedro J. Ramírez reunió en un ágape nocturno a José María y Julio sólo tuvo que convencer a Aznar de que la única forma convertir el río socialista en arroyo era con la táctica de las dos orillas. Tu le das por la derecha y yo por la izquierda, y el que venga detrás que arree. A Anguita no hacía falta convencerle de nada, sus horas dedicadas la estudio de la ortodoxia marxista-leninista, mientras trabajaba de maestro en Montilla. le dejaron las cosa claras de una vez para siempre. El asunto estaba más en convencer al personal, y para eso también tuvo un entrenamiento eficiente: el aire místico lo aprendió rezando en las capillas carmelitanas, cuando en su mocedad fue gran devoto de Santa Teresa de Jesús. El tono autoritario e inequívoco le viene por vía genética y familiar: hijo de sargento, hermano de militar y nieto y bisnieto de guardias civiles, estuvo a punto de ingresar también en la milicia.

Hoy Anguita está en sus horas más bajas. El país gobernado por las derechas gracias a su colaboración, pero a IU, que debería estar gorda y reluciente, le salen pulgas por todas partes. Sin embargo él, impertérrito, sigue repitiendo sus dogmas: república, OTAN no -cuando hasta los países gobernados por excomunistas piden el ingreso en la alianza- y programa, programa, programa.