Sobre el suspenso de la OCDE a la Secundaria

 

Javier Albert Gutiérrez, profesor de Historia, Publicado en el diario INFORMACIÓN, página 17, el día 13/12/2001.

 

La sociedad española ya percibía que la ESO no estaba funcionando bien. La causa de estos malos resultados de la evaluación de la OCDE sobre la Secundaria no está en la escasa preparación del profesorado, como demagógicamente afirmó el catedrático de Estructura Económica Ramón Tamames el día 5/12/01 en la tertulia matutina de Onda Cero. Los profesores somos las primeras víctimas del estado en que se encuentra la Enseñanza en nuestro país. La solución no está en invertir más dinero en cursillos para el profesorado, puesto que si esos profesores no hubiesen sido suficientemente formados en la Universidad cuando obtuvieron su licenciatura, difícilmente los que les formaron entonces les van a dar mejor preparación ahora.

 

La solución pasa por invertir esos millones de pesetas en medios técnicos adecuados para las aulas y los alumnos, y en dedicar dicho dinero, que alimenta a los mismos de siempre, a bajar las ratios. Por otra parte, los únicos capacitados para reformar la enseñanza y elaborar planes de estudio eficaces y realistas son los profesores que la imparten, que ya tienen titulación y experiencia suficiente para ello. Titulación que, por cierto, es la misma que la de los profesores que dan los cursillos. Estos tenderetes que se montan la Universidad, los colegios profesionales y los sindicatos son una redundancia y para lo único que sirven es para engrosar sus cuentas. El montaje sigue funcionando porque se benefician los que tienen el poder y la palabra, y no se oye la voz de los perjudicados y verdaderamente interesados en el tema: profesores y alumnos, que sólo reciben palos que generan sentimientos de culpa. Vieja táctica ésta de culpabilizar a la víctima para seguir explotándola. Cursillos sí, pero en el centro, adecuados a los medios de que se disponga y organizados por los propios profesores con la asistencia técnica pertinente.

 

Desde hace más de diez años se han dado cantidad de cursillos sobre ordenadores e informática aplicados a la enseñanza, y, cuando esos profesores llegaban a las aulas, lo poco que aprendieron no sólo estaba anticuado sino que se les olvidó porque no tenían en sus centros medios para practicar. Yo hice un cursillo de esos que sólo sirven para acumular créditos. Olvidé todo. Después, al cabo de los años, en 1995, me compré un ordenador que aprendí a manejar utilizándolo como herramienta para mis clases. La necesidad me hizo crear desinteresadamente y sin ningún tipo de ayuda mi propia página web (http:/www.geografia.freeservers.com) como apoyo para mis alumnos; en ella publiqué en marzo de 1999 mi “Historia de España”, el primer libro que se editó en la Web y que allí sigue para beneficio de quién le interese estos temas. También examiné por Internet, en marzo de ese mismo año, a unos alumnos, los míos, que estaban en un intercambio colegial con el Half Hollow Hills High School East de New York, lo que mereció la atención y presencia no solo de sus autoridades académicas sino también de la prensa neoyorquina, quedando todos entusiasmados como me comunicó por e-mail Juan Méndez, el profesor que los organiza y les acompañaba.

 

Vengo a decir todo esto no por autocomplacencia, sino porque es más o menos el mismo proceso que han seguido otros muchos profesores de enseñanzas medias que han hecho aportaciones interesantes a la introducción de la telemática en la enseñanza. Lo poco que sé lo he aprendido en el desempeño creativo del ejercicio de mi profesión; y, por lo que conozco, la técnica y la ciencia sólo han progresado cuando han estado interrelacionadas teoría y praxis. De igual forma,  para que funcionen bien las leyes es necesaria la  participación democrática de los afectados en su elaboración.

 

Los cambios en la metodología del aprendizaje abren las mentes a perspectivas insospechadas de la realidad y provocan nuevos conocimientos. La interactividad siempre ha estado presente en los procesos de evolución y su práctica es potenciada por el hardware, el software e Internet, que están ligados al camino por dónde debe transitar la enseñanza para progresar y no quedarnos desfasados con los países de nuestro entorno. Estamos dando un salto análogo a cuando empezaron a utilizarse el  papel, la pluma y la imprenta, sólo que ahora todo transcurre a velocidad de vértigo: cuando más tardemos en resolver la crisis de la Educación en España más larga será la distancia a salvar y más difícil resultará solucionarlo.