La Selectividad

 

Javier Albert Gutiérrez. Publicado en el diario INFORMACION, LECTORES, página 20, el día 3/07/99.

La selectividad parte del supuesto de que no hay plazas suficientes para todos los estudiantes que desean cursar carreras universitarias. Entonces se impone una selección para elegir a los más capacitados. Siempre ha habido en España exámenes selectivos. Y en otros tiempos se abusaba de este sistema. Cuando yo estudiaba teníamos que superar un examen de Ingreso en Bachiller, una revalida en Cuarto curso, otra en Sexto y una más en Preuniversitario, donde las medias de aprobados en Junio nunca superaba el 60%, y eso que en aquella época estudiaba mucha menos gente, porque la primera selectividad era los medios económicos de las familias. Una vez en la Universidad el primer curso y el tercero también eran selectivos. Total seis selectividades. ¡Y después a opositar!

Estos sistemas seleccionaban a aquellos que estaban dotados de una gran memoria, porque las pruebas consistían en repetir en el mínimo tiempo posible la mayor cantidad de datos almacenados en la mollera. Dentro de lo deficiente que era el sistema de selección, la única virtud que tenía es que era igual para todos. Yo he visto al más humilde convertirse en catedrático o notario, y al más rico no superar la revalida de Cuarto de Bachiller. En aquellos tiempos ominosos no había tu tía en estas cuestiones, salvo raros casos que confirman la regla.

Todas las selectividades son malas, porque la verdadera selectividad tiene que hacerse en el trabajo cotidiano. La productividad y la calidad en libre concurrencia es lo que debe prevalecer para que la sociedad vaya mejorando y progrese.

Con la nueva reforma que propone el nuevo ministro de Educación, Sr. Rajoy, y que ha presentado el Secretario de dicho ministerio, Jorge Fernández, la Selectividad va a primar preferentemente a las familias con más medios económicos. Si ya de por sí, el estudiante tiende a relacionar la calidad de la enseñanza con el mínimo esfuerzo necesario para sacar la máxima nota. Con este reglamento, en que la media del Bachiller cuenta el 60% de la nota de Selectividad, la presión de los estudiantes y familias sobre los profesores para que califiquen alto va a subir mucho. Y donde más medios tienen para presionar es donde los profesores son más débiles, menos independientes: en los colegios de pago. En esos colegios precisamente donde los profesores están peor pagados, valga la paradoja, donde sus horarios superan con mucho los de los profesores de la Enseñanza Pública, donde la ratio alumnos/ profesor también es más alta y donde su estabilidad en el empleo es más precaria que la de los docentes del Estado.

Mire usted señor Ministro, este tipo de reformas son populistas y regresivas. Lo que realmente tenía que hacer el Gobierno es elevar cada año el presupuesto dedicado a la Enseñanza para que todo aquel que quisiera estudiar una carrera lo hiciese en buenas condiciones. Y después que la clientela decida, no ustedes, quién es el que vale y quién no.