Santo Grial

 

 

Jesús Tomó el cáliz con el vino, dio gracias y lo entregó diciendo: bebed todos de él, porque ésta es mi sangre, que será derramada por muchos para la remisión de los pecados” (Mateo 26.27)

 

El cáliz de la última cena permaneció en poder del apóstol san Pedro, que lo llevó consigo a Roma.

 

Durante dos siglos y medio sirvió a los primeros Papas para oficiar la Eucaristía.

 

Pero en el año 258, el emperador Valeriano decretó una violenta persecución contra los cristianos y el papa Sixto II, al ver próximo el martirio, entregó el Grial a su diacono y tesorero Lorenzo. Este, que también iba a ser capturado y martirizado, consiguió enviarlo a Huesca, ciudad de la que era natural.

 

Allí permaneció hasta la invasión árabe del 713, cuando el obispo Auduberto lo habría ocultado en la cueva del anacoreta Juan de Atarés, situada en el monte Pano, muy cerca de Jaca. Sobre está cueva se iba a levantar, en el año 732, el monasterio de San Juan de la Peña.

 

La presencia del cáliz en San Juan de la Peña se recogió en un manuscrito del 1134.

 

Por petición del rey de Aragón Martín el Humano la reliquia viajó a Zaragoza en 1399.

 

En 1416, Alfonso V de Aragón dispuso su traslado a Valencia, donde lo custodio en su palacio.

 

Pero fue Juan II, rey de Navarra y gobernador de Aragón y Valencia, quien lo entregó a la catedral de Valencia en 1437. Desde entonces se venera en la Capilla del Santo Cáliz.

 

Don Antonio Beltrán, catedrático de Arqueología de la Universidad de Zaragoza, hizo un estudio científico en 1960 sobre el Grial de Valencia. Demostró que el cáliz procedía de un taller de Israel del siglo I d.C.

 

Recientemente el catedrático de historia Michael Hesseman revalidó la hipótesis de Beltrán.

 

El Papa Juan Pablo II en 1982 proclamó el Santo Grial de Valencia como el único y verdadero cáliz de la Última Cena de Jesús.

 

Fuente: Julián Dueñas, Revista de Historia Clío, Año 3, Nº 30, Abril 2004, páginas 35/36

 

Información: www.elcaminodelsantogrial.com