Tema 11. La crisis de los siglos XIV y XV.
Fenómenos depresivos: Hambre, guerra, peste y muerte.
Pequeña glaciación: lluvias torrenciales.
Europa: Guerra de los Cien Años.
Península: Guerra entre Aragón y Castilla. Guerras civiles en Aragón y Castilla. Finaliza la Reconquista.
Portugal, Castilla y Aragón ponen fin a la Reconquista peninsular.
Castilla: Se dedica al dominio y defensa del estrecho de Gibraltar.
Aragón: Expansión y dominio del Mediterráneo. Barcelona se convierte en una potencia comercial, llegando a su cenit histórico.
Lisboa: Puerto decisivo de la comunicación entre el Atlántico y el Mediterráneo, dirige su expansión hacia el N. de África.
Edad Media es un nombre que los historiadores se inventaron en el Renacimiento. Para los hombres medievales su época era una continuación del Imperio romano; cuando algún monarca tenía fuerza suficiente intentaba restaurar la unida política temporalmente perdida. La Iglesia, que era la otra gran institución del Imperio romano, mantuvo intacta su unidad y su prestigio, y por esa razón podía legitimar a un rey o coronar a un emperador; pero el Sacro Imperio Romano Germánico se había convertido tan solo en una dignidad, lo que facilitó el fortalecimiento de las monarquías frente al Sumo Pontífice y al Emperador.
El proceso reconquistador de la Península favorece la consolidación de la libertad mediante la fijación del "habeas corpus". La nobleza también sale fortalecida a costa de la autoridad regia. Estos poderes se van a enfrentar entre sí, lo que originará cruentas guerras civiles.
Castilla termina su reconquista, excepto Granada, y consigue con la derrota de los Benimerines el control del Estrecho.
Entre 1356 y 1357, en que se firma el tratado de Almansa, Castilla y Aragón se enfrentan en una guerra por intereses fronterizos.
Los aliados naturales de Castilla fueron Génova y Venecia, enemigos comerciales de Barcelona.
Los aliados de la Corona de Aragón fueron Inglaterra y Granada.
La nobleza castellana, descontenta con la política de Pedro I el Justiciero, que intentó acotar sus desfasados privilegios y modernizar el Estado, impulsando el desarrollo del comercio, la artesanía y la burguesía, se rebeló contra el rey, y eligió como oponente a Enrique de Trastámara, hijo bastardo de Alfonso XI (1325-1350) y hermanastro de Pedro I. Con la ayuda del francés Bertrand Duguesclín, tendieron una emboscada al rey, que fue asesinado por su propio hermanastro. Para hacerse perdonar el fratricidio, Enrique, tuvo que otorgar más privilegios todavía a la nobleza, de ahí el sobrenombre de Enrique el de las Mercedes. A continuación se recrudecieron las persecuciones contra los judíos. La burguesía sufrió un segundo golpe, que marcaría la evolución económica de Castilla durante mucho tiempo, quedando retrasada respecto a la evolución del resto de Europa.
Los nobles fortalecidos se enfrentaron en luchas interminables. El condestable Álvaro de Luna se enfrentó al rey Juan II (1406-1404), ambos apoyados por sendos partidos nobles.
Al final de siglo tuvo lugar una guerra civil que enfrentó a Enrique IV el Impotente con su hermana Isabel, que disputaba el trono a Juana, su legítima hija, llamada por sus enemigos la Beltraneja. Finalmente venció el bando nobiliario que apoyaba a Isabel, proclamándose reina en 1479.
La nobleza se había fortalecido en el siglo XIII consiguiendo el Privilegio General, a cambio de ayuda a la Corona para defender Cataluña de la Casa de Anjou. Pero a finales de 1348, fortalecida la monarquía, Pedro IV el del Puñalet desgarró y quemó dicho privilegio.
Cataluña se convirtió en una gran potencia comercial. El Imperio bizantino pidió ayuda a la Corona, que mandó a los capitanes Roger de Lauria y Roger de Flor al frente de los almogávares. Éstos frenaron en seco a los turcos; pero el emperador asesinó a su almirante y los almogávares en venganza pasaron a cuchillo a gran parte de la nobleza bizantina. En 1311 se adueñaron de Atenas y en 1319 del norte de Grecia (Neopatria). A partir de entonces los reyes añadieron los títulos de duques de Atenas y Neopatria a la Corona.
A mediados del siglo XIV, la peste negra golpeó con fuerza el país.
La muerte de Martín el Humano sin nombrar sucesor agravó la crisis política.
Los representantes de los tres territorios se reunieron y nombraron sucesor en 1412, en el Compromiso de Caspe. Se eligió a Fernando de Antequera, de la dinastía castellana de los Trastámara, creyendo que así la industria textil catalana tendría preferencia sobre la lana de calidad castellana, expectativas que no se cumplieron. Sin embargo, la entronización de esta dinastía hizo posible la posterior unión matrimonial de los reyes de ambas Coronas.
En el año 1442, su hijo, Alfonso V (1416-1458), conquistó el reino de Nápoles, que se mantendría unido a la Corona hasta el siglo XVIII.
Cataluña a finales del siglo XIV entró en crisis por causa de la peste negra y ya no se recuperaría hasta varios siglos después. Valencia cogió el relevo, convirtiéndose en la primera ciudad de España en el siglo XV.
En Barcelona, la sociedad, debido a la crisis se polarizó en dos partidos.
La Busca: Formada por la alta burguesía, dedicada al comercio exterior, era partidaria de la apertura al comercio exterior y de la reforma del sistema gremial que impedía la libertad de comercio y lo desarrollo de la industria.
La Biga: Formada por la pequeña y mediana burguesía más la oligarquía
nobiliaria era conservadora y defendía el mantenimiento de los gremios y de la
situación servil de los payeses de remensa. En el reinado de Juan II
(1458-79) estalló el conflicto, con motivo de la muerte del príncipe
de Viana y el rey Juan tuvo que recurrir a Francia para someter la ciudad, pero
a cambio tuvo que ceder el Rosellón y la Cerdaña en 1472.
Juan II apoyó el matrimonio de su hijo Fernando con Isabel, con Juana, la hija de ambos quedaron definitivamente unidas las coronas de Aragón y Castilla.
Desde la muerte de Sancho VII (1234) el reino estuvo vinculado por alianzas matrimoniales al reino de Francia.
Felipe IV de Francia reino en Navarra, debido a su matrimonio con la heredera Juana de Navarra (1284-1253).
Al morir Carlos I de Evreux en 1328, la corona pasaba al rey de Francia, Felipe IV de Valois, pero los navarros, reunidos en Asamblea, declararon vacante el trono y posteriormente, reunidos en Cortes, proclamaron reyes de Navarra a Juana de Evreux y a su marido, Felipe III de Navarra. Las Cortes de Navarra desempeñaron un papel político de primer orden.
En 1365, mediante un tratado con Fuenterrabía, se permitió el uso del puerto a los navarros para la práctica del comercio.
Empezó en 1348 y rebrotó con fuerza en 1351, 63 y 71, acabó con más de la mitad de la población de Europa. Algunos puertos perdieron el 70% de su población. Cataluña no empezó a rehacerse hasta ppios. del siglo XVI. Sus consecuencias fueron: abandono de la agricultura, intensificación del bandidaje, cargos públicos sin cubrir (en Barcelona murió casi todo el Consell del Cent), aumento de los salarios agrícolas y urbanos, ruina de los arrendadores, y paralización de la actividad comercial e industrial.
Los señores, aprovechando las guerras civiles, incrementaron sus señoríos y la presión fiscal sobre los siervos; este fenómeno se conoce en la Historia como segunda servidumbre de la gleba. Y originó unas graves revueltas de campesinos que asolaron Europa:
La revuelta alcanzo su fase culminante en 1447. El rey de Aragón Alfonso V apoyó su causa contra la nobleza. La cuestión fue solucionada finalmente por Frenado II el Católico en 1486 con la Sentencia Arbitral de Guadalupe que:
Reglamentó las relaciones jurídicas entre campesinos y señores
Abolió los malos usos
Dió libertad al campesino para vender sus bienes
Obligo a hacer efectivas las rentas atrasadas.
Enfrentó a los municipios foráneos o del campo contra la administración que ejercía sobre ellos Mallorca.
por un lado: Municipios del campo + pequeña burguesía de Mallorca + pequeña nobleza.
lucharon
por el otro : Municipio de Mallorca + alta burguesía + alta nobleza.
La rebelión fracasó cuando la pequeña nobleza, ante los asesinatos que estaban cometiendo campesinos y pequeña burguesía se paso al otro bando.
Finalmente puso fin a la rebelión Alfonso V.
Enfrentó a los campesinos y pequeña nobleza contra la alta burguesía y la alta nobleza.
Los campesinos radicalizaron su lucha y atacaron las fortalezas de la alta nobleza, asesinando
al que enganchaban, lo que originó la retirada de la pequeña nobleza y el movimiento fracasó.
La crisis hizo que se recrudecieran las persecuciones contra los judíos y hubo grandes matanzas de ellos, sobre todo en Castilla y de la mano del partido del conde de Trastámara. Las matanzas prosiguieron cuando se coronó rey.
En Europa fueron expulsados de Francia e Inglaterra.
Los progroms más graves se iniciaron en 1391 en Sevilla; se extendieron por toda Andalucía,
la Mancha, Valencia y Barcelona. En estas dos últimas ciudades las pérdidas fueron tan grandes que en el siglo XV ya no se mencionan sus aljamas. De esta época surgen los conversos o cristianos nuevos, protegidos por los reyes, que constituyeron una burguesía rica y culta.
Surgió en 1378, cuando elegido Urbano VI, una parte del colegio cardenalicio no aceptó la elección por considerar que había sido elegido bajo presión. En una nueva elección salió elegido Clemente VII, pero ambos se proclamaron papas.
Clemente VII se instaló en Avignón. Inglaterra no lo aceptó y atacó a Flandes. Castilla inició la tercera guerra contra Portugal y apoyó a Flandes contra Inglaterra; en ambas batallas obtuvo la victoria. Al morir Clemente VII, se eligió por unanimidad al valenciano Pedro de Luna (1394), que no fue aceptado por Francia. El conflicto se solucionó en 1417, cuando se eligió papa a Martín V, pero la Iglesia había salido muy mal parada -llegaron a haber cuatro papas a la vez- y había sentado las bases para la definitiva escisión de la cristiandad con el protestantismo. Por otra parte la vida de los eclesiásticos dejaba mucho que desear, era frecuente que muchos de ellos vivieran con barraganas. Y los altos cargos los ocupaban los segundones de las grandes familias nobles por cuestiones de dinero, poder y prestigio.