Atletismo

Javier Albert Gutiérrez

 

Santa Pola: Una Media Maratón de ensueño

 

Una fiesta del deporte y la vida saludable.

Javier Albert, 18 enero 2009

Esta ha sido mi primera carrera y lo primero que quiero decir es que ni soñando podía imaginar un espectáculo y una marcha como he vivido en la XX Media Maratón de Santa Pola. Agradezco a esta encantadora ciudad, a sus empresas y gentes su hospitalidad y buen hacer. Santa Pola, este 18 de enero de 2009, ha brillado más que el sol y ha teñido de alegría con el añil del mar Mediterráneo los corazones de decenas de miles personas. Una organización excelente para los 5300 atletas que con admirable deportividad han competido en esta carrera esplendorosa y para sus más de 30.000 acompañantes.

Salí de Alicante a las ocho de casa y tenía casi todo el parking para mí cuando llegué a Santa Pola. Me dirigí a la meta y me reuní con mis amigos de entrenamiento. En la calle y con la música, la gente y la marcha que había me puse como una moto en la salida de un Gran Premio, como un caballo de carreras un minuto antes de la salida. ¡Qué marcha, dios mío, qué marcha!

Entonces vi a los amigos de otros pueblos y ciudades. Estaba fuerte, feliz y rebosante de alegría como no recuerdo otro momento. El cuerpo se me puso loco con la música. Si una compañera no me dice que me tenía que colocar el dorsal y cambiar me pilla el pistoletazo de salida con el chándal puesto. A las diez y pico me subí para el coche, que lo tenía en el Mercadillo, y por el camino me dí cuenta que se me podía hacer tarde, nervios. Cuando llegué al coche no me podía poner el dorsal, y el tiempo no se para, el jodío. Al final lo puse como pude, mal, y salí trotando para la meta, a la que llegue justo y me coloqué de los últimos. Estaba a tope, pero nervioso, y estaba terminando de arreglarme el dorsal, cuando sonó el pistoletazo de salida.

Mi estrategia de carrera era salir a 6:30 los primeros diez kilómetros y apretar en los últimos, como en el entrenamiento ensayo que hice días antes, pero todo salió al revés y casi que lo pago muy caro y llego fuera de control. Mi objetivo era terminar clasificado.

Salí con el mogollón y cuando me dí cuenta íbamos a 5.50 y 131 ppm. Así hice los seis primeros kilómetros en que iba justo detrás del globo de 2 horas y pasó lo que tenía que suceder. A partir del 9 tuve que ir bajando el ritmo y en el 10 me entró una pájara de miedo. Me di cuenta que no iba a poder acabar en tiempo de clasificación. Menos mal que llevaba un gel energético.

Del 10 al 14 pasé un calvario y pensaba que de ninguna manera iba a poder clasificarme, pero en el 15 el gel empezó a hacer efecto y me fui animando. Entramos otra vez en las calles y entonces vi a una amiga que me animó y me dio mucha moral. Me dije para mis adentros “por mis amigos tengo que acabarla”.

En las rectas interminables del kilómetro 17 y 18 me entró otra vez la flojera, pero pensé que para lo que quedaba tenía que aguantar como fuese.

En el 18 y 19 empecé a pensar que iba a cumplir mi sueño y, sacando fuerzas de flaqueza, aumente el ritmo. El 20 iba fatal, pero ya la meta estaba cerca y eso me dio animo y cuando llegué al último kilómetro, miré el reloj y vi que me daba tiempo de sobra, me puse a andar un rato y al vislumbrar el arco de meta, empecé a trotar, pasé correr y, por último, me puse al galope tendido, pero cuando lo pasé me di cuenta que ese arco era el de salida ¡leñe! así es que, después de quemar el resto en un sprint, tuve que esprintar otra vez hacia la verdadera meta, y cuando vi a mi amigo al final, esperándome máquina en ristre, sacando fuerzas de no sé dónde, hice los últimos doscientos metros a 3:22, y me eché en sus brazos en uno de los momentos más felices de mi vida, como cuando era un jovenzuelo. Hasta le di un beso de la enorme felicidad que tenía. Le pregunté por su tiempo, me dijo 1:28 y me confirmó lo que nunca dudé que conseguiría: hacer polvo su registro anterior. La gloria es para el que se la trabaja

Después de la carrera estaba ciego. Menos mal que el compañero veterano, ejerciendo de anfitrión y amigo, me acompaño a recoger la bolsa, porque yo sólo no lo hubiera conseguido. Gracias Gaspar

Ha sido un día genial e inolvidable.

Gracias Santa Pola.

JavierAlbert
 

4500

ALBERT GUTIERREZ, JAVIER

2:25:45

2:23:30

6,55

VETERANOS

63

0:31:37

1:05:26

1:43:40

2:19:42

0:31:37

0:33:49

0:38:14

0:36:02

 

 
 

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