Crónica del XXII Medio Maratón Internacional de Santa Pola, 23/01/2011

 

El sábado por la noche quedé con Perio en Alicante para charlar sobre la estrategia del medio maratón. Nos fuimos a tomar unas copas al pub Concerto. Había una ambiente agradable. Se podía escuchar música y hablar. Chicas monas en la barra y detrás de ella. Estuvimos un rato charlando y se nos colocaron al lado dos bombones, pero no era el momento. Nos esperaba un madrugón el domingo y una carrera dura.

Por la mañana me llamó a eso de las 08 a. m. Perio diciéndome que ya estaba en Santa Pola. Yo estaba a punto de salir. Cuando llegué hacía un frío que pelaba los cataplines. Nos encontramos en una cafetería y nos fuimos a cambiarnos al hotel, que estaba a cien metros de la salida. Menos mal, porque fuera helaba.

Retrasamos la salida del hotel una hora. Nos pusimos delante, y allí, casualidad, nos encontramos con José, gerente de tiendas deportivas, entre ellas, el Nike Store de Alicante, con el que estuvimos de carreras hasta que dieron la salida. Perio tomo con su Iphone 4 algunos videos del apelotonamiento que había cerca del arco de salida.

Como estaba tan adelante, salí más fuerte de lo conveniente. En las carreras de fondo, al principio siempre vas bien, pero las alegrías del principio terminan pagándose al final. En Benidorm salí más flojo al principio y en ningún momento me sentí cansado, en cambio, en Santa Pola, esos dos primeros kilómetros pasado un poco de vueltas, me hicieron después ir justo a partir del kilómetro diez y bajar el ritmo a partir del 12, donde hay un pequeño repecho que me pasó factura. Mientras que en Benidorm hice los últimos diez kilómetros progresivos, empezando a un ritmo de menos de 6, en Santa Pola, a partir del 10 me subí por encima de los 6:30, lo que me hizo perder esos cinco minutos de diferencia entre aquella media y esta última.

Al final, con la ayuda de Perio, que acudió en mi rescate y me dio ánimos, pude acelerar en los dos últimos kilómetros y le arranqué al crono dos minutillos. Cuando ya se divisaba el arco de meta, me animo a esprintar y lo hice, pues es lo mío: a lo lejos veía el 2:14 y me dije que de ahí no iba a pasar el reloj. Entre en meta a menos de 3.28.

Perio terminó con una marca fabulosa, de 1:33, para los pocos kilómetros que ha hecho de preparación, sin tiradas largas. Después de llegar a meta, con el frío que hacía, hizo un gran esfuerzo para rescatarme del enemigo del mazo. Es lo que hacen los grandes líderes, pero las grandes gestas tiene un precio, y los dos estábamos al final con dolor de piernas. Recogimos las cosas, estiramos un poco y nos fuimos al hotel. Cuando la climatología es adversa, se agradece tener un sitio acogedor cerca para cambiarte y descansar. Hasta otra guerra, valiente, fuimos a por ello y lo conseguimos. El objetivo era que Perio bajara de 1.35 y superar mi mejor marca de Santa Pola, y lo conseguimos con una diferencia de más de nueve minutos, en mi caso, y de dos en el suyo.

Demos al tiempo tiempo: para que el vaso rebose hay que llenarlo primero
 

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