La subida de las llamadas telefónicas locales (o el teléfono de los pasos de oro)

 

Javier Albert Gutiérrez, Opinión, diario INFORMACIÓN de Alicante, 14-7-98

Parece ser que Telefónica ha encontrado la gallina de los huevos de oro en el nuevo peaje telefónico que va a imponer a los internautas. Rafael Arias Salgado y Montalvo debe haberse dicho para sus adentros que todos los que se atrevan a utilizar los nuevos medios telemáticos se van a enterar de lo que vale un peine. Este Gobierno, olvidando lo que dijo cuando era oposición y haciendo todo lo contrario de lo que su propaganda da a entender por TVE, ha decidido permitir la subida de las tarifas de las llamadas locales en proporción a la duración de las mismas. Esta medida va suponer para gran parte de los usuarios de Internet el encarecimiento de la factura en un 150%. Como actualmente en España hay 2.000.000 de internautas, con un crecimiento anual del 100%, calculen las cifras que el "listo" de turno espera ingresar, asumiendo la máxima del empresario tercermundista: "tú llena la faltriquera y el que venga detrás que arree".

El resultado de esta nefasta política va a restar competitividad a nuestras empresas respecto a la de los países desarrollados. En EE UU, por ejemplo, el gobierno está fomentando la política opuesta: las llamadas locales son gratuitas y por lo tanto la factura del teléfono por conexión a Internet. Y en los demás países, partiendo de salarios reales, les cuesta mucho menos que aquí. Nuestros nuevos empresarios, profesionales, investigadores y estudiantes se van a ver en inferioridad de condiciones que los de estos países que hace tiempo disfrutan de una economía libre, sin monopolios públicos ni oligopolios privados. Los estudiantes y jóvenes que con las actuales tarifas todavía pueden permitirse el lujo de expresar su opinión por Internet están diciendo muy cabreados en la pagina web de AUI que, con las nuevas tarifas, la información y las transacciones electrónicas van a ser un privilegio de ricos.

En los regímenes absolutistas quemaban los libros par evitar que éstos difundieran el conocimiento que no interesaban a las clase dominante. Ahora, éstos que nos gobiernan, utilizan métodos más sibilinos: pretenden limitar el acceso a los medios electrónicos de información por la vía de ponerlo muy caro. Con esta actitud, al mismo tiempo que demuestran una avaricia sin escrúpulos, dan a entender que temen la democratización de la cultura. Como en épocas pretéritas tampoco van a conseguir nada de lo que se proponen y terminarán por precipitarse en la cruda realidad de una vida sin poltronas ni prebendas.

España va bien -para ellos-, pero se olvidan decir que Europa va mejor para todos. Se montaron al carro del triunfo con muy malas formas en un ciclo de expansión económica iniciado años antes, y quieren hacernos creer que su varita mágica ha provocado el cambio de coyuntura. La demagogia barata que están utilizando dejaría en aprendiz a Diógenes de Sínope. Hacen todo lo contrario de lo que dicen. Cada vez engañan menos a la gente y cuando en TV sale un anuncio de que van a bajar las tarifas, los pecheros más avispados se echan mano a la cartera.

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