ENSAYO
Las 4 mentiras sobre los godos
Por JURATE ROSALES*
* Jurate Rosales, venezolana de origen lituano.
Dirige desde 1985 la revista
“Zeta”, semanario venezolano de información y análisis. Es autora de los
siguientes libros:
“Baltų
Kalbų Bruožai Iberų Pusiasalyje” (Rasgos de idiomas bálticos en la península ibérica), en idioma
lituano, Chicago, 1985.
“Los Godos”, 2 ediciones de la revista Zeta, Caracas, 1998 y 1999.
“Los Godos” edición ampliada, Ariel, Barcelona, España, 2 ediciones en 2004.
“Goths and Balts” (Godos y bálticos) en inglés, Vyduno Fondas, Chicago, 2004.
Hora de
corregir
El siguiente trabajo versa
sobre los errores de traducción de textos medievales, lo cual impidió el
conocimiento y utilización de múltiples documentos que existen y son
accesibles, reveladores de los orígenes, idioma y cultura de los godos que en
el siglo V invadieron España. Los errores que señalo se refieren a:
1. La creencia que los godos
son oriundos de Escandinavia (producto de un error de traducción);
2. Considerar que el idioma
de la Biblia
de Ulfilas es una muestra del idioma de los godos (error de interpretación
histórica);
3. Considerar que los godos
son germanos (errores de análisis lingüístico);
4. Describir a los godos como
un pueblo primitivo (falta de documentación sobre el particular).
A título de introducción,
cabe recordar que en la segunda mitad del siglo IV, los godos partieron de la
costa sureste del mar Báltico, descendieron hasta el mar Negro y al alcanzar el
bajo Danubio, atravesaron la región balcánica para penetrar en la Península
Itálica. En el año 410 tomaron Roma, pero la abandonaron y
tras la muerte de su rey Alarico, se dirigieron hacia el sur de Francia y la Península
Ibérica. Casi un siglo después, en el año 507, perdieron
sus provincias francesas en la batalla de Vouillé contra los francos, y sus centros
de poder se trasladaron a los dominios que poseían en España. Allí,
principalmente en el norte, echaron raíces y se establecieron
definitivamente. Lo más probable es que hoy, todo español lleve algo de
sangre goda en sus venas.
Durante los 800 años que duró
la Reconquista
hasta la expulsión definitiva de los moros con la toma de Granada en 1492,
llevar sangre goda era en España un honor y un incentivo de lucha. El
escritor y periodista venezolano Rafael Poleo, lo puso en estas palabras:
“...para los españoles de
entonces, la
Reconquista fue una gesta
de godos contra árabes, reivindicación legítima si se considera que aquella
empresa la lideró una clase dirigente cuyo núcleo era la nobleza de origen
predominantemente godo.”1 Actualmente el “ser godo” ha sido olvidado en España, pero
permanece vigente en América Latina, donde, según ese mismo autor: “los godos
convirtieron su patrimonio en sinónimo de nobleza y esa manera de evaluar la
palabra godo rige a este lado del Atlántico, casi siempre con dejo rencoroso,
para designar al miembro de la clase dominante que lo es por razones
ancestrales”.2 Sobre ese particular, la Enciclopedia Quillet
argentina es aún más directa e informa: “hacerse de los godos: fig.
Blasonar de noble. Ser godo: Ser de nobleza antigua.”
1 Poleo, Rafael. Prólogo, pp. .III-IV. Los Godos, Rosales,
Juratė Statkutė de, Ediciones de la revista Zeta,
Caracas, 1998. ISBN
980-07-5491-1.
2 Idem. p.III.
En realidad, lo de la “nobleza”
no fue sino una evolución tardía. Desde los albores de la existencia de ese
pueblo que cuenta no menos de 4.000 años de historia documentada, los godos
se esmeraron en crear una sociedad organizada, no necesariamente bélica, sino
principalmente agrícola, ganadera y sobre todo – productiva. El mayor logro
de esa cultura ha sido su permanencia, porque sus planteamientos básicos
nunca perdieron validez. El que muchos españoles ignoren hoy lo que fueron
sus ancestros godos, se debe a una grosera deformación de los hechos
históricos. Algunos pretendidos estudios que se hicieron sobre el tema
carecen del más elemental sentido común, rayando en lo absurdo. Sin embargo,
nadie se atrevió a ponerlos en duda.
La meta de este breve
recuento consiste por lo tanto, en señalar los más resaltantes errores que
impidieron conocer con precisión quiénes fueron los godos.
1ª MENTIRA
Un origen escandinavo
La confusión que ubicó el
origen de los godos en la península escandinava parece haberse iniciado con
una errónea interpretación de lo dicho por el historiador Jordanes, quien
escribió en latín, en el año 551, una historia de los godos intitulada De origine actibusque getarum (Del origen y hechos de los godos). Una revisión de lo que
realmente dijo Jordanes, evidencia el grave error de traducción que a su vez
alimentó la teoría de un origen escandinavo de los godos.
El nacimiento de un mito
Jordanes inicia la
descripción de la patria goda original llamándola “la isla de Scandzia”. El
texto en latín es:
“Ad Scandziae insulae
situm, quod superius reliquimus, redeamus, de hac etenim in secundo sui
operis libro Claudius Ptolomeus, orbis térrea discriptor egregius, meminit
dicens: est in Oceani arctoi salo posita insula magna, nomine Scandza, in
modum folii cetri, lateribus pandis, per longum ducta concludens se. De qua
et Pomponius Mela in maris sinu Codano positam refert, cuius ripas influit
Oceanus. haec a fronte posita est Vistula fluminis, qui Sarmaticis montibus
ortus in conspectu Scandzae septentrionali Oceano trisulcus inlabitur,
Germaniam Scythiamque disterminans.»
La mayoría de las
traducciones conocidas en los tiempos modernos recogen la palabra “Scandzia”
y la interpretan como Escandinavia. Sin embargo, una traducción literal de lo
dicho por Jordanes revela algo muy distinto:
“Volvemos a la
isla de Scandzia a la que nos referimos arriba, de la que en el libro segundo
de su obra habla Claudio Ptolomeo, notable relator del orbe terrestre, y allí
dice: hay puesta en el Océano del Norte una gran isla, llamada Scandza, con
la forma de una hoja de limón, de lados arqueados, en alargada extensión
terminando en si misma, que Pomponio Mela dice está en el mar en el golfo Codano
cuyas orillas (acc.pl.: ripas) baña el Océano, y por su frente (abl.sg. de frons – cara, fachada) está colocado (positus est) el río
Vístula que parte de los montes de Sarmatia, cayendo en tres ramales en el
Océano de Septentrión con el sitio de Scandza a la vista, marcando la
frontera entre Alemania y Escitia.”
El error parece haberse
generado al considerar la palabra frons con el sentido de en frente, cuando el significado latín de esa voz es “el frente” y en el ablativo que utiliza el latín significa “por su frente”: por su parte frontal, que es lo contrario de “en frente”. El hecho
de afirmar el autor que el nacimiento de la isla se ve (in conspectu) en la boca del Vístula, debía haber advertido a los traductores
que no es posible “ver” a Escandinavia desde la boca del Vístula. Este solo
hecho ya era suficiente para percibir de que no se trata de la península
escandinava, porque la distancia desde el punto más cercano de Suecia a la desembocadura
del Vístula es más o menos igual a la que separa Madrid de Barcelona y a nadie
se le ocurriría decir que desde Madrid se puede “ver” Barcelona. Por otra parte,
en la época en que escribió Jordanes, no existían mapas de la península
escandinava y mucho menos mapas de la costa del mar Báltico en el que
desemboca el Vístula, así que tampoco podía Jordanes “ver” las cosas, como
hoy las observamos en un mapa. Tan escasos eran los conocimientos oficiales
sobre esa área, que los autores antiguos solían llamar al mar Báltico “mar
del Norte”, o simplemente “el Océano”.
Ahora bien: el texto de
Jordanes, escrito en el año 551, fue dado a conocer a los historiadores modernos
por el latinista germano Theodor Mommsen (1817-1903), Premio Nobel en 1902,
en su obra “Monumenta
Germaniae Historica”. El primer
traductor del texto de Jordanes fue el lingüista alemán Wilhelm Martens
(1884-1913) y la traducción fue publicada en 1914. En ella, Martens inicia la
larga cadena de errores al traducir la palabra frons, no por “frente” sino por “en frente”3, y además, obvia totalmente
en la traducción la frase “terminando en si misma”, limitándose a decir que
la isla es larga.
Curiosamente, los traductores
después de Martens, copiaron textualmente lo dicho no por Jordanes, sino por
Martens. La traducción al inglés de Christopher Mierow data de 1915 y repite
el error: “this island lies
in front of”. La traducción muy reciente de
Theedrich Yeast, vuelve a insistir en lo mismo, al tiempo que confiesa
haberse guiado por las traducciones anteriores de Martens y Mierow. Dice
Yeast: “this island lies
opposite the river Vistula”. Una revisión de algunas traducciones en otros idiomas, parece
confirmar que todos se guiaron no por el latín de Jordanes, sino que buscaron
la facilidad del alemán o el inglés.
Lo importante es que mucho
antes de Mommsen, el rey Alfonso X El Sabio ya tenía conocimiento de la Historia de los Godos
escrita en el siglo VI por Jordanes. En su Historia de España,
al referirse en el capítulo 3864 al origen de los godos, Alfonso X El Sabio tradujo en el siglo
XIII el texto de Jordanes (o copió el mismo texto que utilizó Jordanes, eso
no podemos saberlo), pero tenía más clara la situación geográfica del lugar
de origen de los godos, quizás porque en la época de sus cercanos
antepasados, los godos de España
3 En
alemán: “Draussen im nördlichen Eismeer liegt eine grosse Insel namens
Skandza, von der Gestalt eines Zitronenblatts mir krummen Seitenkanten, weit
in die Länge gezogen. Sie liegt vor del
Múndung del Vistula,
welche auf den sarmatischen Gebirgen entspringt aud gegenüber von Skandza,
Germanien und Scythien scheinend, in drei Mündungen in den nördlichen Ozean
fliesst.” Gotengeschichte, nebst Auszügen aus seiner Römischen Geschichte,
übersetzt von Dr. Wilhelm Martens, herausgegeben von Alexander Heine, 1914. Phaidon Verlag in Essen, 1986, isbn 3-88851-076-6.
4 Menéndez Pidal, Ramón. Primera Crónica General, Estoria de España, Madrid, 1906.
todavía solían viajar a ese
lugar para consultar a sus antiguos augurios, según lo relató en el
año 1073, en Prusia oriental,
el cronista Adamus Bremenensis en su obra Descriptio insularum aquilones.5
En su Primera Crónica de
España, en el capítulo 386 titulado “Aquí comienza la estoria de los godos et cuenta de que yentes
fueron et de quales tierras salieron”, el Rey Sabio incluye varias explicaciones adicionales: 1. que la
isla está situada en el golfo “es assentada en el seno”; 2. que esa isla rodea la tierra y las costas adyacentes como un
arco “cerca toda la
tierra et a las costas aduchas cuemo en arco”; 3. que comienza en el lado Este de la boca del Vístula “correl aparte de orient el rio
Vistula” y lo hace en el punto donde
el Vístula se divide en tres ramales y marca la frontera con Alemania (la
cual evidentemente se encontraba al Oeste, lo que significa que las tierras
al Este de esa frontera no lo eran): “et dalli o comiença a parecer a la ysla de Scançia ua partido
por tres canales et ayuntan se cercal mar de septentrion, et ua partiendo
frontera entre tierra de Sciçia et de Alemanna.”6
Efectivamente, los dos largos
bancos de arena que pueden ser considerados islas y hoy son penínsulas, se
originan en la orilla Este del Vístula, en el sitio donde ese río desemboca
en el mar Báltico que los autores antiguos y del medioevo llamaban “mar de septentrión”.7
Las confusiones de Mela
Otra confusión la originó el
geógrafo Pomponio Mela, mencionado tanto por Jordanes como por Alfonso X El
Sabio como la autoridad que define el nombre del golfo donde nace esa isla de
Scandza. En su famosa geografía, Melo llama ese golfo Codanus sinus y lo coloca “más arriba del Elba”8, un río de Alemania situado
bastante más al occidente del Vístula. (Por cierto, tanto Jordanes como
Alfonso X dicen que Melo habla de ese golfo en su Libro II, cuando en
realidad lo hizo en el Libro III). Resulta que Melo menciona dos veces en su
geografía el nombre del Codanus sinus,
pero parece situarlo cada vez en otro lugar.Mela era un importante geógrafo
español , quien escribió su famosa Chorographia, según
concuerda la mayoría de los estudiosos, hacia el año 44 después de Cristo.9 En ese libro ofrece
descripciones excelentes y adelantas para su época del golfo de Vizcaya, pero
sus conocimientos del norte de Europa pecan de muchos errores. En su capítulo
3,31 Mela sitúa el Codanus sinus (golfo Codanus) “arriba del río Elba”, pero más adelante, en el párrafo
54, pareciera hablar de Dinamarca y agrega que entre las islas de ese lugar
está
5 Adami M.GestaHammah. Eccl.pont.Liber IV, Descriptio insularum aquilones,
cap.223. Cf. K. Būga, Raštai,
t.III, p.159.
6 Alfonso X El Sabio, La primera Crónica General, Estoria de España. Publ. por Ramón Menéndez Pidal, Madrid, 1906., Cap. 386.
7 Strabo; Pomponio Mela; Plinio El Viejo; Tácito; Ptolomeo;
Jordanes; Alfonso X El Sabio; etc. 8 Pomponius Mela, De Chorographia, L. III, 3, 31.
9 Pomponius Mela, Chorographie. Société des belles lettres, Paris,
1988. ISBN 2-251-01344. ISSN 0184-7155. p.XIII. “Scadinavia” que, dice Melo, “ocupan hoy los teutones y que, por su
fertilidad y tamaño supera las demás”.10
El problema entonces es que
Mela no sabía exactamente donde se encontraba ese Codanus sinus, ya que lo colocaba cada vez en un lugar diferente. En cambio
Jordanes y Alfonso X, al igual que otras fuentes, lo tenían por el actual
golfo de Danzig, puesto que lo ubicaban en el sitio donde desemboca el
Vístula.
Si observamos que Mela
describió esa región del norte de Europa como un lugar cuyos habitantes
vivían desnudos y se resguardaban del intenso frío cubriéndose con sus propias
orejas que tenían muy largas, o que se transformaban de noche en lobos, cabe abrigar
ciertas dudas sobre las fuentes de información que utilizó Mela. En cambio,
la gran virtud de Alfonso X El Sabio es la escrupulosa exactitud, asombrosa
en un siglo XIII, de sus datos geográficos. En ese aspecto, debemos otorgar
mucha más credibilidad a Alfonso X, y esto nos ubica definitivamente en el
banco de arena que empieza al Este de la desembocadura del Vístula y,
efectivamente, a partir de allí rodea la tierra y las costas como un arco.
El nombre de Codano
La arqueología indica que la
región al Este de la desembocadura del Vístula fue habitada por pueblos
bálticos desde por lo menos 2000 antes de Cristo y dejó de serlo en su ala
occidental cuando lo que hoy es Prusia oriental fue invadida por los germanos
en el siglo XIII después de Cristo. Antes de esa fecha y durante más de tres
mil años, la región presenta el cuadro arqueológico y posteriormente
histórico, de una permanente presencia báltica.11 Los nombres de los lugares
geográficos son de origen báltico.12 Es cuando vale la pena examinar si la voz “Codano” entra también
en ese grupo y averiguar cómo la pronunciaban en el idioma local.
Una de las diferencias entre
los idiomas bálticos (o en nuestra opinión – godos) y el latín, es que
generalmente el báltico antiguo pronunciaba la G en el lugar donde el latín tenía el sonido K.13 Como ejemplos de esa
tendencia traída por los godos, podemos mencionar las voces latinas lacrima y lacus que se convirtieron en España en lágrima y lago.14 Otra diferencia son los
diptongos, que el latín ya no pronunciaba, pero que en los idiomas bálticos
eran (y son) abundantes al punto de modificar en España muchas palabras latinas
agregándoles el diptongo: ej. bonus dio “bueno”, novus se transformó en “nuevo”, “regnum” en reino, “ferrum” en hierro, etc.15
Si invertimos la regla y nos
preguntamos cómo deformaba el latín las palabras godas, tenemos que la G goda debe transformarse en
una K latina. Efectivamente, Codano
10 Idem,
L.III, 6, 54.
11 Gimbutas,
M. The Balts, Frederick A. Praeger, New
York, Washington,
1968. LCCCNumber 63-18018, pp.
51-53.
12 Idem.
13 Rosales, Jurate. Los Godos. Ariel, Barcelona 2004. ISBN
84-344-6717-8. pp.50-51.
14 Idem.
15 Idem. pp. 45, 51-54.
es la pronunciación latina
(con el sonido K y sin el diptongo) de la voz báltico-prusiana “gudian” y “godian” – godos. El sinus codanus, era entonces simplemente el golfo Godian,
o golfo de los godos.
Entre los autores que
comprendieron que el “sinus Codanus” era el “golfo de los godos” cabe citar
al historiador Edward Gibbon (1737-1794). En su famosa obra “Decline and fall of the Roman Empire”,
Gibbon escribió: “El poder de
los godos debe haber sido grande en ese tiempo: es probablemente a ellos que
el Sinus Codanus debe su nombre”.
Ya anteriormente, el
historiador prusiano Matheus Praetorius, se refería en el año 1688 a la voz “Codano”
como una traducción de “Godan”.16 Además de testificar que esa era la voz todavía utilizada en su
tiempo, también cita al geógrafo Cluverio, famoso en Ámsterdam: “Cluverius ab hoc Codano seu Godano
sinu, celeberrimam Regalis Prussiae Urbem Gedarum dictam, vulgo Dantiscum,
seu Danzig. Quod aliis Gythonium, veterum cultorum nomine vocatum, audit.;
suma traxisse originem testatur”.17 Philippus Cluverius (1580-1623) era un geógrafo alemán nacido en
Danzig y autor de importantes obras de geografía editadas en Holanda. Indica,
según Praetorio, que el golfo se llamaba Codano o Godano y allí estaba la
ciudad de Danzig, “antiguamente
llamada Ghytonium – lo que indica de donde le viene el nombre” – o sea que el nombre viene de los godos.
El significado de “scandia”
En ese mismo libro Orbis
gothici publicado en 1688 en Prusia Oriental por el historiador Matheus
Praetorius (1635-1707), el autor afirma que la voz Scandia proviene del verbo
báltico skandinnu (en lituano moderno la voz “skandinu” existe, y significa
“yo sumerjo”, del verbo skandinti, skandina - sumergir). Efectivamente,
Praetorius traduce la palabra por “sumerjo” (“… deductum putat nomen a voce
Sarmatica skandinnu, Submergere”). En ese mismo capítulo, Praetorio explica
que “los ancianos” llamaban así a las “maris Balthici oris” – las costas del
mar Báltico.18
En realidad, la voz scanda,
scandinavia y scandia, o las scandzia, scandza, scançia que en Jordanes y
AlfonsoX muestran la típica palatización de los idiomas bálticos (la cual fue
introducida por los godos en España y palatizó las palabras latinas), es sinónimo
de otra voz báltica, que en lituano es “nerija” (viene del verbo nerti,
neria, nėrė – sumergirse).
Decir “skandina” o “neria” es
decir lo mismo. A medida que los bálticos occidentales fueron sucumbiendo a
partir del siglo XIII ante los teutones, y los bálticos orientales avanzaron
sobre la casi totalidad del territorio lituano, pareciera que la palabra
“nerija”, que los bálticos orientales utilizaban con más frecuencia cuando
hablaban de costas19, se impuso sobre “skandina”. Sin embargo, hasta el día de hoy
ambos verbos siguen coexistiendo en el idioma lituano con idéntico
significado.
16 Praetorius,
Mateus. Orbis Gothici, 1688, Lib. I, Cap. I, par. III. 17 Idem.
18 Praetorius,
Mateus. Orbis Gothici, 1688, Lib.I, Cap.IV, II.
19 Gimbutas,
M. The Balts, Frederick A. Praeger, New York
- Washington,
1963. Second Printing 1968.
Library of Congress cat. Nr.
63-18018. p.100.
De acuerdo con la
enciclopedia lituana, la voz nerija significa “bancos de arena que se forman en
orillas poco profundas de océanos, mares, bahías y grandes lagos. (…) La más
conocida (en Lituania) es la Nerija de Curlandia…”.20 Estamos hablando del banco de arena que forma una península, la
cual se origina al Este de la boca del Vístula y se denomina en lituano
moderno Nerija, pero aparentemente en el pasado, solían llamarla “Skandzia”,
lo cual corresponde a una forma gramatical correcta del lituano para decir:
la que se sumerje.
Praetorius considera la
posibilidad de que el nombre “sumerjo” (skandinu) se deba a las
naves hundidas en ese mar, pero si comparamos esa palabra con su sinónimo contemporáneo,
el verbo nėrė (se sumergió) con el derivado “nerija”, tenemos que el significado
son bancos de arena sujetos a las mareas o inundaciones. La palabra seguramente
tenía un uso utilitario, porque advierte al navegante que en esa costa corre peligro
de encallar y debe calcular la marea para anclar o zarpar. Muchas costas del
mar Báltico son formadas de bancos de arena llanos, donde la marea alta cubre
grandes extensiones, para luego retirarse. De ser cierto, como lo sugiere
Praetorius, que los bálticos fueron los tempranos colonizadores –o por lo
menos visitantes- de las costas del mar Báltico, la voz debe haber sido el
natural apelativo de los sitios que visitaban por vía marítima.
Entre las varias “scandias”
así llamadas por los godos, una de ellas corresponde al lugar de donde
partieron. Según Jordanes, es la “Scandza” que empieza en el lado Este de la
desembocadura del Vístula y fue la “vagina” de la que salieron las naciones: vagina nationum.21 Alfonso X El Sabio lo dice en otras palabras: según él, esa
Scandia fue “fuente criadera
de yentes”.22
Dos ciudades llevan en esa
área otrora habitada por los bálticos prusianos, el nombre de “Scanda”. Una
es la hoy pequeña ciudad de Skandava en la actual Polonia cerca de la
frontera con Lituania, en lo que fue el corazón de los territorios de los
prusianos bálticos. Está situada a orillas de un río y en la encrucijada de
vías de comunicación desde el mar Báltico hacia los territorios bálticos de
tierra adentro. En la tardía edad de bronce, había sido un centro cultural y
comercial, al juzgar por los restos arqueológicos en los que fueron encontrados
numerosos objetos de la edad de bronce, así como cierta cantidad de monedas romanas.23 Se llama hoy Skandava en
lituano, Skandawa en polaco y Scandau en alemán.
La otra es la ciudad portuaria
fundada por el primer rey godo, Bueric, con el sencillo nombre de Scandia de
los Godos – sería en lituano moderno “gudų Skandija” y en lituano
antiguo “gudum Skandia”, de la que quedaron en polaco las consonantes GDaNSK
(Danzig en alemán).
20 Lietuvių
Enciklopedija, Boston,
1960. T.XXC, p.213.
21 Jordanes, IV.
22 Alfonso X El Sabio, La Primera Crónica
General, Estoria de España, T.I, Par.386.
23 Lietuvių
Enciklopedija, Boston,
1960, T. XXVII, p. 542.
También está la provincia
costera sueca de Skane en la península escandinava. Contrariamente a Gdansk,
no lleva el nombre de los godos, salvo que a todas luces, fueron los godos
quienes conocían sus orillas y las llamaban por lo que eran: bancos de arena beneficiados
por las mareas, o sea “scandinavias”.
2ª MENTIRA
El origen germano
Las preguntas sencillas son
las más difíciles de responder. ¿Por qué los godos de España se llamaban
“godos”? ¿Por qué no se llamaron “Goths” al estilo germano, o “getae” según
el latín clásico e incluso “getes” del latín tardío?
En España la palabra godo (y
“gudo” que también aparece en textos romances) no es el getae latín, ni el
Goth germano, sino el “gudo” de los idiomas y pueblos bálticos, oriundos desde
por lo menos el segundo milenio antes de Cristo de la costa del mar Báltico y
la cuenca del alto Dnieper. De allí partieron en los siglos IV y V a la
conquista de Roma, para luego proseguir hacia el sur de Francia y a toda
España.
Cabría preguntar a quienes
afirman que los godos fueron germanos, ¿por qué al llegar a España, los godos
en vez de llamarse “goths”, decían “godo”? ¿Cómo explicar ese salto de garrocha
lingüístico que de pronto brinca por encima de Alemania, para reproducir en España
el nombre que se daban a si mismos los pueblos godos de Europa oriental?
Las poblaciones de los
bálticos orientales que vivían en la cuenca del alto Dnieper antes de que sus
territorios fuesen paulatinamente invadidos por los eslavos a partir del
siglo VI, eran conocidas en Europa oriental como naciones “godas”. El
historiador lituano Simanas Daukantas (1793-1864) escribe que se les dividía
en:
* los godos blancos ( en el original “balti gudai”), habitantes de las actuales
regiones de Polotsk, Vitebsk y Esmolensko;
* los godos marrones (“rudi gudai”), población de las antiguas
tierras prusianas de Polonia del sur y Masovia;
* y los godos negros (“juodi gudai”), en los llamados bosques
negros, región de Kiev, Severia, Novgorod y Pleskava. 24
Hasta el día de hoy, en
Lituania, la hoy eslava -pero otrora báltica- Bielorrusia, es la “Gudia
Blanca”, en lituano moderno Baltgudija.
En cuanto a los godos
occidentales, el historiador prusiano Matheus Praetorius (1635-1707), explicó
en su libro Orbis Gothici, publicado en 1688, que el “Gothus” latín era lo
24 Daukantas, Simanas. Lietuvos Istorija. Plymouth,
1893. pp.104-106.
mismo que el “Guddus” de los
antiguos prusianos: “adeo ut Gothus sive Guddus idem...”25
Praetorius habló en su obra
del nombre Guddae (“Guddae nomen”) con que se identificaba la nación báltica que desde tiempos
inmemoriales vivía en Prusia Oriental hasta que esa región fuera vencida por
los caballeros teutónicos en el año 1306, que es cuando se transformó en
territorio germano. El idioma báltico de esos antiguos prusianos se extinguió
definitivamente al final del siglo XVII.
Los visigodos que invadieron
España en el siglo V, procedían de Prusia oriental y se autodenominaban
“godos del crepúsculo”, mientras que los ostrogodos, invasores de Italia, eran
los “godos de la aurora”, según las raíces bálticas vak-vac (vats) con la variante eslava vech- (crepúsculo) y auš(te)ra, austrums (aurora). Los visigodos eran los godos occidentales
y los ostrogodos eran los godos orientales, tal como lo indican sus nombres y
lo confirman sus lugares de origen.
El cambio de nombre
Los estudiosos alemanes del
siglo XIX, en su mayoría firmes defensores del origen germano de los godos,
aparentemente no encontraban cómo interpretar los múltiples documentos
antiguos sobre el imponente pasado de esos “godos” del Báltico, que de ninguna
manera podían ser considerados germanos. Cada vez que se topaban en los documentos
antiguos con la palabra “godo” y aparecía que esos “godos” no procedían de territorios
germanos, el problema se les hacía insoluble, sobre todo porque a ninguno se
le llamaba “goth” y todos eran “godos” o “gudos”.
El filólogo germano Georg
Heinrich Ferdinand Nesselmann (1811-1881), investigador del idioma de los
antiguos prusianos, decidió que en vez de llamar a ese pueblo por su nombre
original “Guddae”, era mejor quitarle ese apelativo y sustituirlo por otro,
menos dado a confusiones. Decidió bautizarlo “báltico”, por el mar Báltico en
cuyas orillas siempre había vivido. Así lo hizo en su libro Die Sprache der alten Preussen (El idioma de los antiguos prusianos), publicado en 1848. Allí
propuso que los idiomas prusiano antiguo, lituano y letón fuesen llamados
“idiomas bálticos”. Lo grave no fue el hecho de inventar un nuevo nombre,
sino que Nesselmann colocara el nombre original de los “godos” dentro de la
calificación exclusiva de “germánicos”. A partir de 1848, todo lo relacionado
con los godos de España, se transformó en una inmensa confusión.
Lo realmente asombroso es que
nadie protestó, y los pueblos de la antigua Prusia, Lituania y Letonia,
fueron catalogados mundialmente como una rama “báltica” del grupo indoeuropeo.
La novedad fue universalmente aceptada. Entre las consecuencias del improvisado
bautizo, cabe mencionar que los académicos occidentales no fueron informados
del cambio de nombre. Muchos se quemaron inútilmente las pestañas buscando algún
legado de idiomas germánicos en la génesis del castellano, sin jamás llegar a
saber que el nombre “godo” indicaba originalmente a los pueblos bálticos.
¿Gudos o godos?
25 Praetorius, M., Orbis Gothici, 1688,
Lib.I. Cf. Rosales, J. Los Godos, Ariel 2004, p.
32.
En Lituania, la palabra
contemporánea es “gudas, gudo”. En España, se afincó como “godo”, con una O
en la raíz. Si nos preguntamos cuál de las dos formas es la original, la respuesta
es que España adoptó la versión de los idiomas hablados en la región costera
de los bancos de arena que Jordanes llamó “Scandza”.
“Godo” corresponde a la
pronunciación del dialecto costero de Saugiai, región del puerto de
Klaipėda. El lingüista Jonas Užpurvis señaló que el dialecto de Saugiai,
aledaño a Nerija, la península de arena de donde partieron los godos, utiliza
en la raíz la O
larga y también la O
corta, en palabras que otros idiomas bálticos pronuncian con U.26
En España, en los inicios del
romance, ambas versiones estaban presentes, lo cual es natural si pensamos
que los invasores godos provenían de todas las naciones bálticas occidentales,
donde algunas utilizaban la U
y las más occidentales de la costa pronunciaban la misma palabra con O. Por
ejemplo, Ramón Menéndez Pidal cita nombres medievales de pueblos españoles
con la pronunciación U: Gudiel, Gudiellos, Gudillos, pero también recopila la presencia de Godiellos, La Goda, Goda, etc.27 El experto en la formación del romance Paul M.Lloyd, señala las
palabras donde la U
latina pasa a ser una O en español: bucca se transforma en “boca”, y lupu en “lobo”, pero Lloyd se pregunta por qué esto ocurre en algunas
palabras y no en otras.28 La respuesta podría ser simple: algunas lenguas bálticas
pronunciaban la O,
mientras que otras decían U. Depende de quien, entre los godos llegados a
España, lo decía, porque eso a su vez dependía de la región báltica de su procedencia.
Lo que nunca existió ni en el
Báltico ni en España, fue el “goth” al estilo alemán. Los bálticos en Europa
oriental y los españoles en España, utilizaron ambos tanto la modalidad “gudo”
como la de “godo”, con la particularidad que en el lituano culto
contemporáneo arraigó la versión “gudo”, mientras que en España prevaleció la
de “godo”.
3ª MENTIRA
La Biblia de Ulfilas
El historiador Jordanes vivió
a mediados del siglo VI. Escribió su Historia de los godos ciento
cuarenta años después de la toma de Roma por los visigodos, y unos sesenta
años después de la conquista de Italia por los ostrogodos. En un capítulo de
esa historia, Jordanes se refirió a la situación en los Balcanes después del
caos creado allí por el avance y posterior derrota de los hunos. Lo hizo como
testigo presencial, porque además de fechar su escrito en el año 551, lo
escribió en Bizancio, que para esa fecha era el Imperio Romano
26 Užpurvis,
Jonas. Drei Sprachwissenschaftliche Studien, Foundation of Lithuania Minor, Inc. Chicago, Illinois,
USA, 1990.
Library of Congress Catalog Card Number 90-84042. Cap.1 “Gründzüge del Saugener Litauischen
Mundart, p.24.
27 Menéndez Pidal, Ramón. Obras Completas, Espasa
Calpe, Madrid, 1972. t. VIII. p.505.
28 Lloyd, Paul M., Del latín al Español, 1.Fonología y Morfología Históricas de la Lengua Española.
Ed.
Gredos, Madrid, 1993. ISBN
83-249-1623-9. p. 296.
de Oriente, dueño de los Balcanes.
Tenemos, por lo tanto, en Jordanes a un historiador con acceso a las primeras
fuentes directas, lo cual le confiere un alto grado de credibilidad.
Los capítulos 50 y 51 de
Jordanes relatan en qué lugares de los Balcanes se asentaron las diversas
etnias que quedaron dispersas en la región después de la desaparición del
poder huno (año 455). En el capítulo 50, Jordanes enumera los pueblos que se
instalaron en lo que había sido el territorio regido por los hunos, y precisa
el área geográfica que ocupó cada grupo: los gépidos estaban en Dacia (parte
de la actual Rumanía), los godos vivían en Panonia en las ciudades de Esmirna
y Vindobona (actual Viena), los sauromatas llamados “sármatas” con los
cemandros y algunos hunos se alojaron en la ciudad de Castra Martis en Iliria.
Los esciros, los sadagaros y parte de los alanos con su jefe Candac, ocuparon
Escitia menor y Moesia inferior (parte de Bulgaria). Es de notar que cada
nombre se refiere a otra nación, de las que muchas no tenían nexos ni de
origen ni de lengua.
De paso, Jordanes cuenta
dónde se encontraban diversos miembros de su propia familia, desde abuelo,
padre, tía y primo, lo que indica una información de primera mano y confirma
un hecho importante: había en aquel momento en los Balcanes post-hunos, una mezcla
de gente de diversos orígenes que convivían en un área relativamente
reducida.
Jordanes dice que su abuelo
fue secretario de Candac, el jefe de los alanos. Continúa diciendo que el
hijo de su hermana Gunthigis, era hijo de Andago, quien era a su vez hijo de
Andela, descendiente de la estirpe real ostrogoda de los Amalos, lo que
significa que esa rama de su familia eran godos de sangre real.
Jordanes sigue nombrando una
maraña de otras naciones presentes en ese rompecabezas balcánico, y allí
aparecen los rugios (germanos) al lado de lo que quedaba de los hunos, agrupados,
todos ellos, en una parte de la actual Rumania.
Una vez terminado el
complicado recuento, Jordanes pasa al capítulo 51: “También existían otros godos, los
llamados pequeños godos, una nación innumerable. Su sacerdote y jefe era
Wulfila, que también parece haberles inventado unas letras. Hoy (o sea en tiempo de Jordanes que es el año 551) ellos están en Meosia en la región de
Nicopolis al pie del monte de Emi (el
monte Hemus, en la
Stara Planina búlgara), son muy numerosos, pero pobres y nada guerreros, una gente que
carece de cualquier fortuna salvo que tienen rebaños de todo tipo, alimento
para ganado y madera en los bosques. Su tierra produce poco trigo, pero es
rica en otros frutos. No saben de viñedos y compran vino a sus vecinos. La
mayoría de ellos bebe leche.”
Lo anterior es todo lo que
está escrito en ese brevísimo capítulo 51. Jordanes, quien escribe en 551,
habla del grupo llamado “los pequeños godos” y se refiere a su ubicación en
tiempo presente: “Hodieque sunt in
Moesia…” – y hoy están en Moesia… Cabe observar
que en esa misma fecha, los visigodos gobernaban España. Su rey era Aguila y
a partir de 554 entronizaron a Atanagildo. Los ostrogodos estaban en Italia,
donde su reino se inició en 493 con la entrada de su rey Theodorico en
Ravena. Ese reino duró hasta el año 555, cuando –muerto ya Theodorico –
ocurrió la rendición final de las tropas ostrogodas ante la invasión
bizantina.
De manera que tenemos en
aquel año 551 muchos tipos de godos:
(1) Los visigodos de España,
(2) Los ostrogodos de Italia,
(3) Los visigodos y
ostrogodos que no participaron de la marcha a Roma y seguían viviendo en sus
tierras étnicas en el Báltico y casi todo el (Página 13) noreste de Europa,
Y (4) los “pequeños godos” de
Wulfilo (Ulfilas), asentados al pie del
monte Hemus en Bulgaria.
Esos “otros godos”, como los
llamó Jordanes, no muestran mucho en común con los visigodos u ostrogodos. No
eran guerreros, eran pobres, vivían en una región poco favorecida, al pie de
una cordillera con cuatro picos de más de 2.000 m de altitud, como
lo es la Stara Planina,
y su subsistencia dependía de rebaños y de madera. En tiempos posteriores, no
hubo más noticia de ellos. Lo único que quedó, es la Biblia que les escribió Ulfilas
y que originó la teoría del origen germano de todos los godos.
En el siguiente capítulo, el
52, Jordanes vuelve a marcar la diferencia, al decir: “Ahora, para volver a la gente de la
que tratamos (en este libro), o sea a los ostrogodos…”, lo cual nos permite interpretar que los “pequeños godos” no
lo eran.
Testigo de su tiempo y su circunstancia
La Biblia de
Ulfilas, llamada Codex Argenteus debido a sus letras plateadas y su portada de
plata, apareció en el siglo XVII en un convento de Werden, en el Ruhr,
Alemania. De sus 330 páginas originales sólo quedaban 187. El volumen fue
adquirido por un coleccionista sueco, pasó a manos de la corona de Suecia,
luego fue sustraído y vendido en Holanda donde lo compró nuevamente un sueco,
Magnus de La Gardie,
quien lo donó a la Universidad
de Uppsala, Suecia. En 1769, el lingüista sueco Johan Ihre publicó un estudio
de la lengua en que esa Biblia fue escrita. Comprobó que su fonética y parte
de su vocabulario eran germánicos. A partir de entonces, prevaleció el
convencimiento que los godos eran germanos.
El relato oficial de la vida
de Ulfilas (310-383), indica que se formó en Constantinopla, fue consagrado
obispo en la fe arriana en 341 y durante casi una década evangelizó a unos godos
de Dacia (Rumania), pero al sufrir la persecución por su fe cristiana, huyó
con sus seguidores a lo que hoy es Bulgaria. Las fuentes alemanas en la Historia Universal
de Walter Götz indican que la persecución partió de los visigodos y por eso
huyó Ulfilas: “sus correligionarios
sufrieron bastantes ataques y sobre todo les era hostil el príncipe Atanarico.
Un calendario gótico da cuenta de no pocos mártires. Hacia 350 resolvióse Wulfila
con sus partidarios – se les llama pequeños godos – a pasar al territorio de
Roma. Estableciéronse en la comarca de Plewna”29, o sea en Bulgaria. Podemos
añadir que el Atanarico que persiguió a Ulfilas (Wulfila) y su grey, fue posteriormente rey de los godos y como tal fue
recibido con grandes honores en Constantinopla en el año 383, ciudad donde murió.
Los feligreses de Ulfilas, al
juzgar por el idioma en que fue escrita su Biblia, eran un producto de las
mezclas de gente de diversas procedencias que en esas décadas cohabitaban en
los Balcanes. El vocabulario usado por Ulfilas es una mezcla de palabras
germanas, bálticas y eslavas.30 El alfabeto, igual que la lengua, es un collage de letras
griegas, romanas y rúnicas, lo que también refleja el momento y el lugar. La
fonética es claramente germana, con el característico “Lautverschiebung” de
la pronunciación alemana. Los
29 Historia Universal dirigida por Walter Götz. Tomo III. Espasa
Calpe, S.A., Madrid, 1962. p.43.
30 Los Godos, Jurate Rosales. Ariel, Barcelona 2004. ISBN
84-344-6717-8. pp.197-199.
germanos, que vivían en las
nacientes del Danubio y bajaban a lo largo de su cauce, tenían forzosamente
que estar presentes en medio de todas las mezclas que cohabitaban en la cuenca de ese río. De modo que no hay
ninguna contradicción en cuanto al interés suscitado por el Codex Argenteum,
siempre y cuando se le considere como una muestra del momento y de las
circunstancias en que fue escrito.
El error de los lingüistas e
historiadores consistió en atribuir la lengua de la Biblia de Ulfilas a los
godos que, bajando desde el Báltico y el alto Dnieper, conformaron los dos ejércitos
que vencieron Roma en dos oportunidades, la primera en el año 410 con los visigodos
bajo el mando de Alarico, la segunda en 493 con los ostrogodos bajo el mando
de Theodorico. Esos ejércitos eran reputados por su tradición guerrera, y
como lo atestiguan las fuentes históricas, ninguno fue inferior a 200.000
hombres bajo armas, lo que indica una población muy superior al grupito
pacífico de seguidores del obispo Ulfilas. Quienes propagaron la teoría de
que los “pequeños godos” asentados al pie del Monte Hemus, en un área que no
es sino una fracción de la actual Bulgaria, representaban a aquellos godos
que vencieron al mayor imperio de su tiempo, y que por lo tanto los godos
eran germanos, obviaron todo estudio de su procedencia y origen territorial,
tan detalladamente descritos por Jordanes y Alfonso X El Sabio.
Los antiguos linderos de los pueblos godos
Cuando Jordanes escribió que
los godos lindaban en su frontera occidental con los germanos, decía algo
evidente: que godos y germanos eran dos naciones distintas, puesto que los
separaba una frontera, igual como en la actualidad, cuando hablamos de la
frontera entre Francia y Alemania, es evidente que de un lado están los
franceses y del otro los alemanes.
Jordanes explica la
diferencia entre germanos y godos de múltiples maneras. En el capítulo III de
su Historia de los Godos dice que el río Vístula era la frontera entre los godos
y los germanos. Nuevamente, en el capítulo V, describe los linderos de la Escitia goda y reitera:
“Scythia si quidem
Germaniae terre confines eo tenus, ubi Ister oritur amnis vel stagnus...” –
indicando que el lindero de
Escitia con Germania llega hasta la naciente del Ister (el Danubio). Vuelve a
insistir en ese mismo capítulo cuando dice que la Escitia de los godos
linda en su frontera oriental con los pueblos de raza amarilla y en la occidental
con los germanos.
Abundan también otras
referencias de que el lindero oriental de los pueblos godos fueron los montes
Urales “que dividen Asia
de Europa”. Las encontramos en Jordanes,
le sigue Alfonso X El Sabio, y en el siglo XVII el hecho seguía siendo de
conocimiento público en España, al juzgar por lo que escribió Iullian del
Castillo en 1624: “Nuestros Godos y
sus Reyes fueron Godos, o Ostrogodos (sobre que ay diuersas opiniones) no ay
para q. difinirlo aqui: pues segun Pedro Mexia en la Silua donde trata dello,
no huuo ni ay mas diferencia de los vnos a los otros, que ser los Ostrogodos
mas Orientales en su prouincia, y cercanos a los montes Ripheos (los montes Urales), y rio Thanais (el
río Don) y la linea que los
diuide de Asia...”.31
31 Castillo, Iullian del, Historia de los reyes godos que uinieron de la Scythia de Europa , 1624, p.13.
Alfonso X El Sabio, en la Primera
Crónica General, Estoria de España,
32 copia
a Jordanes o coincide con él (no lo sabemos), pero le agrega su notable
conocimiento de la geografía de Europa oriental, cosa poco común en aquel
tiempo. Dice en el capítulo 388, titulado “Del assentamiento de Sciçia et de cuemo se mantuuo en ella la
hueste de los godos”, que “...tiene esta tierra de Sciçia de
parte de orient los pueblos seres (de
raza amarilla) et en so comienço
la ribera del mar Caspio; de parte de occident, los germanos et el rio
Vistula...”. Un poco más lejos, explica: “E son en el comienço deste tierra de
Sciçia los montes que dizen Tanays (Urales)...”.
Estas referencias debían
haber puesto a pensar a los estudiosos, que los germanos no deben haber
pisado nunca los montes del Ural, situados en lo que hoy es el extremo Este
de la Rusia
europea. Nunca los germanos han tenido una frontera con Asia y menos con pueblos
de raza amarilla. Además, para los estudiosos más recientes, habría sido
fácil cotejar lo que decía Jordanes y Alfonso X, mirando un mapa arqueológico
que mostrara las fronteras étnicas de las diversas tribus bálticas antes de
la partida de los godos hacia Italia, Francia y España.
Esos mapas existen. Fueron
publicados en la década de los 60 en universidades y revistas especializadas.
Son el producto de estudios serios, elaborados por la Universidad de
Harvard y la de California en base a evidencias arqueológicas.33 Han sido aceptados en todos
los círculos académicos del mundo. Posteriormente, fueron ampliados por la toponimia
que confirmó la presencia báltica en la parte norte de la antigua Escitia.
Allí los estudiosos del caso podían observar que el bajo Vístula fue durante
muchos siglos el lindero entre los bálticos occidentales y los germanos y que
los montes del Ural fueron durante milenios la línea divisoria entre los
bálticos orientales y las poblaciones de raza amarilla (pueblos seres). Se
habrían convencido que Jordanes y Alfonso X El Sabio sabían perfectamente lo
que decían.
En conclusión
Jordanes provenía de una
familia goda, lo que confirma su seriedad como fuente, cuando establece una
diferencia entre los godos como pueblos, y los “pequeños godos” dirigidos por
Ulfilas. Por su parte, Alfonso X El Sabio, rey de Castilla y León, era en su tiempo
la cabeza visible de la
Reconquista dirigida por “una nobleza que en su mayoría solía
enorgullecerse de su sangre goda y de la forma como hablaban, por mas que su lengua,
un latín deformado, fuese considerada ´inferior´ al lenguaje de los romanos.
Entre los mayores logros históricos de Alfonso X, está el haber consolidado
las victorias de su padre, Fernando III El Santo, sobre Baeza, Córdoba, Jaén,
Sevilla, Jerez y Cádiz de la manera más duradera: lo hizo reemplazando el
latín y los diversos dialectos locales por un idioma común, el castellano, y
le dio alcurnia como lengua escrita, apta para tratar temas de altura, tales
como las ciencias, la historia, las leyes y la literatura.”34
32 Menéndez Pidal, Ramón. La Primera Crónica
General, Estoria de España. Tomo I.
Madrid 1906.
33 Gimbutas,
Marija. The Balts. Frederick A. Praeger, New York
- Washington,
1963. Second Printing 1968.
Library of Congress cat. Nr. 63-18018.
34 Rosales,
Juratė. Los Godos, ISBN 84-344-6717-8, Ariel, Barcelona
2004, p. 71.
La lengua que deformó el
latín y a la que Alfonso X El Sabio otorgó alcurnia de lengua escrita y
culta, no era la de la Biblia
de Ulfilas, sino el antiquísimo idioma que sus antepasados godos insertaron
en el latín encontrado en España y ese injerto no contenía los rasgos de un
idioma germánico.35 Además, los conocimientos que tenía Alfonso X El Sabio de la
antigua historia de los godos se evidencian por las precisiones y
ampliaciones que agregó a los textos anteriormente conocidos sobre la Historia de los Godos,
cuando la incluyó en la Crónica General de España. El Rey Sabio no sólo
sabía de dónde provenían los godos y sus lenguas, sino que no se equivocaba
cuando los consideraba portadores de una antigua tradición cultural.
Por lo tanto, cuando se trata
del área de origen de los godos, es preciso buscar lo que escribió Jordanes o
lo que dejó plasmado Alfonso X El Sabio, puesto que se está en presencia de
dos fuentes que contaban con información privilegiada. Ambos merecen que se
les diera crédito y se estudiara detenidamente lo que dejaron escrito.
Nota: Es de sospechar, que igual como Ulfilas inventó un alfabeto en
el que mezcló letras romanas, griegas y rúnicas, también haya intentado
“patentar” un idioma neonato, inventándole una forma escrita. Uno de los problemas
que últimamente molesta a los germanistas, es que ese idioma no encaja en
ninguna de las grandes familias de los idiomas germanos, representadas por el
grupo nórdico (ej. el noruego, islandés, sueco, danés) y el grupo occidental
(ej. alemán, inglés, escocés, holandés). No hay manera de asignar el “gótico”
de Ulfilas a ninguno de esos dos grupos y surgió la necesidad de inventar una
tercera especificación que llamaron “central”, en la que sólo figura el
misterioso “gótico” de Ulfilas.
4ª MENTIRA
“Eran unos salvajes”
Para el 2000 antes de Cristo,
grupos nórdicos de godos provenientes de Prusia Oriental, Lituania y Letonia,
se habían extendido hacia las costas de Estonia y Finlandia, área que luego
abandonaron hacia el 1500 antes de Cristo.36 Allí vivían originalmente unos pueblos nómadas, que se
alimentaban de caza y pesca. Eran de raza amarilla, hablaban un idioma fino-ugrio
que no es indoeuropeo, y al parecer se mezclaron rápidamente con los godos.
Los estudios arqueológicos,
además de ubicar allí viviendas bálticas y fecharlas entre el 2000 y el 1500
antes de Cristo, encontraron sepulturas conjuntas de las dos razas y tumbas de
individuos que ya son la mezcla de ambas.37 La teoría generalmente aceptada es que los
35 Idem.
pp.43-69.
36 Gimbutas,
M. The Balts, Frederick A. Praeger, Nuew York
- Washington,
1963. Second Printing 1968. Library of Congress cat. Nr. 63-18018. p.63.
37 Idem.
p.46.
descendientes modernos de esa
mezcla son los finlandeses y estonios, quienes hablan un idioma fino-ugrio,
pero son personas predominantemente rubias, en las que la herencia fino-ugria
fue diluida por el aporte de la raza blanca.
Lo más interesante es que
esos idiomas fino-ugrios recibieron una contaminación de vocablos bálticos
cuyo estudio brinda una doble ventaja: es fácilmente reconocible porque se
insertó en un idioma que no es indoeuropeo, y es posible fecharla, puesto que
el primer contacto ocurrió en el neolítico. Cuando el lingüista Vilhelm
Thomsen publicó en 1890 un listado de palabras bálticas insertadas en los
idiomas fino-ugrios, su lista reflejó las actividades que los bálticos ya
habían desarrollado en esa época, porque “los lingüistas consideran que estas palabras fueron
transferidas de un idioma a otro en el segundo y primer milenio antes de
Cristo”.38
La lista de Thomsen fue
posteriormente ampliada por el lingüista ruso Srebrennikov en 1957 y ambas
fueron compendiadas por la arqueóloga Marija Gimbutas, quien observó que las
tribus nómadas de cazadores-pescadores fino-ugrios cambiaron su modo de vida
cuando entraron en contacto con los bálticos, puesto que “el mayor número de voces bálticas transferidas
a los idiomas fino-ugrios versan sobre las novedades introducidas en la economía:
son nombres de animales domésticos, vocablos relacionados con el cuido y aprovechamiento
de esos animales; nombres de cereales y semillas, vocabulario relacionado con
los cultivos, la hilandería, etc.”.39
Ese vocabulario evidencia que
para entonces, los bálticos practicaban la agricultura, cortaban el pasto
para guardar el heno, aprovechaban la paja y utilizaban utensilios especialmente
diseñados para esas labores. No sólo legaron las palabras semilla, mijo, lino, cáñamo, sino también paja, heno, rastrillo, huerto y otras.
Los restos de huesos de
animales domésticos encontrados en las excavaciones arqueológicas de las
viviendas bálticas del segundo milenio antes de Cristo y el vocabulario transmitido
en esa época, indican la práctica de la cría: “Entre los diversos nombres de animales
domésticos recibidos de los bálticos están el morueco, el carnero, el chivo,
el lechón y el ganso. La palabra báltica que indica el corcel (lit. žirgas, prus. sirgis, letón zirgs), en los idiomas
fino-ugrios significa toro (finlandés härkä, estonio härg, libio ärgta, vepsio härg). La palabra
finlandesa que indica el yugo, juhta,
viene de la voz
lituana junkta-s, jungti, - juntar, colocar el yugo. También está
la palabra que describe el encierre de las ovejas: lit. gardas, mordvino karda, kardo, e igual ocurre con la palabra que se refiere al pastor.40
Según la arqueóloga Gimbutas,
en el vocabulario legado a los fino-ugrios “hay todo un grupo de voces referentes a la hilandería: el
volante de la rueca, la lana, el desgargolar el cáñamo, los lizos de un
telar, la cuerda, todo esto muestra que la industria textil también
38 Idem,
p.33.
39 Idem,
p.34.
40 Idem.
fue introducida
por los bálticos.”41
¿Qué más introdujeron los godos en el vocabulario fino-ugrio de hace
4.000 años?
Según Gimbutas: “Los fino-ugrios recibieron de los
bálticos los vocablos para designar el hacha, el gorro, el zapato, la jarra,
el cucharón, el mango, el gancho, la cesta, el tamiz, el cuchillo, la pala,
la escoba, el puente, el barco, la vela, el remo, la rueda, el trineo, la pared,
el paral, la pértiga, la vara, la flecha, el sauna. Se transmitieron hasta
los instrumentos musicales como la cítara, en lituano kanklės. Un largo listado de los nombres de los colores resultaron ser
de origen báltico: amarillo, verde, negro, oscuro, gris azulado - y también
muchos adjetivos - ancho, estrecho, vacío, tranquilo, viejo, secreto, valiente.
La palabra amor y deseo deben haberse transmitido en una época muy temprana, porque
la encontramos idéntica en los idiomas fino-ugrios del norte y en los del
Volga (en lituano meilė - amor - mielas - querido; en finlandés mieli,
en erza-mordvin mel, en udmurtio myl). El grado de
intimidad alcanzado entre los bálticos y los fino-ugrios se evidencia por la
transmisión de palabras que indican las diferentes partes del cuerpo: el cuello,
la espalda, la hendidura de la rodilla, el ombligo, la barba. De origen
báltico son la palabra vecino y las que designan a los miembros de la
familia: hermana, hija, nuera, yerno y primo hermano, lo que indicaría
frecuen7tes matrimonios entre bálticos y finougrios.
Áreas de contacto
en materia religiosa son evidenciadas por las palabras que designan el cielo (taivas que viene de la voz báltica deivas - dios), el Trueno (en lituano Perkūnas, en letón Perkonis; en finlandés perkele, en estonio pergel).
“La gran cantidad de palabras recibidas
de los bálticos y las largas listas de vocablos relacionados con una economía
y toda una tecnología para producir alimentos, indican que los bálticos
llevaron la civilización a las regiones del noreste de Europa habitadas por los
cazadores-pescadores fino-ugrios.” 42
Por su parte, el insigne
lingüista lituano Kazys Buga, ha utilizado este vocabulario para describir el
modo de vida que esas palabras reflejan, anotando entre otras cosas: “Se construían
cercas y éstas tenían entradas. Para pescar
utilizaban el barco, que empujaban no sólo con los remos, sino también
con la vela. (…) Calzaban zapatos hechos de piel curtida, se cubrían la cabeza con sombreros. Protegían sus
manos del frío invernal con guantes de piel. (…)
Para viajar en verano lo mejor eran las carretas y en el
invierno se utilizaban los trineos. Para entonces
ya se viajaba por carreteras y en los lugares de paso difícil se construían puentes. Las ruedas de las carretas se untaban con alquitrán.” 43
Un sistema permanente
La práctica de la cría de
animales domésticos a gran escala y posiblemente con vigilancia comunal, se
mantuvo como una de las principales actividades económicas de los bálticos a
lo largo de milenios, porque cuando los godos llegaron a España en el siglo V
41 Gimbutas,
M. The Balts, Frederick A. Praeger, Nuew York
- Washington,
1963. Second Printing 1968. Library of Congress cat. Nr. 63-18018. p.35.
42 Idem,
pp.35-6.
43 Būga,
K. Raštai, Valstybinė politinės ir mokslinės literatūros
Leidykla, Vilnius,
1961, psl.494-6.
después de Cristo,
introdujeron un importante vocabulario de ganadería, voz cuya raíz viene del
verbo báltico “gano”- en lituano “lleva a pastar”. De allí viene ganado que es el participio de ese verbo, mantenido en España sin
modificación alguna, igual como ganadero es –también sin
modificación– la persona que lleva a pastar.
Según la arqueóloga Karen Eva
Carr (Vandals to
Visigoths, Rural Settlement Patterns
in Early Medieval
Spain), las invasiones del siglo IV y
V transformaron la vida rural en la
península. Escribe Carr, que
uno de los cambios fue la importancia concedida a la cría que
complementó y sustituyó
parcialmente la industria del aceite de oliva.44
De que se trataba de una
“industria” ganadera, lo prueba la profusión en las llanuras que los godos
ocuparon en el sur de Francia, de sitios llamados “motte” – donde se erguían torretes
tipo faro, destinados a la vigilancia de las extensiones donde pastaban los
caballos y el ganado.45 La voz significa “el sitio para ver” (viene del verbo báltico mato, en lituano: él ve) y los vigilantes en la torre eran los
“gibourins”46 – lit. žiburys, luz producida
por una llama, dado que la torre era un lugar de señalización.47
De muchísima importancia era
la vestimenta. La menciona Alfonso X El Sabio refiriéndose a la más temprana
historia de los godos en la costa del mar Báltico: “eran yente que fazien pobre uida dotra
guisa, mas uistien se noblemientre” (eran
gente que hacían pobre vida de otra manera, pero se vestían noblemente).48 Cuando los godos conquistaron
Roma, introdujeron su muy elaborada y vistosa vestimenta masculina y ésta se
mantuvo en la nobleza europea durante toda la Edad Media, que es
cuando vemos aquellos atuendos masculinos cada vez más llamativos. Por cierto
que las palabras españolas zapatos, escarpín y gorra fueron traídas a España por los godos.
No sólo “uistien se noblemientre” tanto en su país de origen como cuando llegaron a España, sino
que otorgaban gran importancia al comportarse “noblemientre”. Los godos trajeron a España la palabra y el concepto del “honor”
– en castellano garbo, en lituano moderno “garbė”, cuya traducción es “honra”,
mientras que el hombre “garbingas” es el hombre de
honor (a no confundir con los “gardingos”, voz con la misma hechura gramatical,
que designaba en España la guarnición goda de las ciudades, por la voz lit. “gardas” – recinto cercado-, que posteriormente evolucionó en los idiomas
eslavos en la palabra gorod - “ciudad”).
El honor y el respeto por la
mujer eran de rigor. En la antigua legislación báltica, donde el asesino era
castigado con la pena capital y la familia del occiso debía recibir una indemnización
pagada por los parientes del asesino, existían tasas fijas por cada vida
según
44 Carr,
Karen Eva. Vandals to Visigoths / Rural Settlement
Patterns in Early Mediavel Spain,
The University of Michigan Press, ISBN 0-472-10891-3,
1964.
45 Gedgaudas,
Č., Mūsų Praeities Beieškant, Meksika, 1972. p.304.
46 Rabelais, F., Pantagruel, Livre V, p.434. Cf. Gedgaudas, Č.,
Mūsų Praeities Beieškant, Meksika, 1972. p.304.
47 Funk-Brentano, F., La Chevalerie, Cf. Gedgaudas, Č., Mūsų Praeities Beieškant,
Meksika, 1972. p.303-4.
48 Alfonso X El Sabio, La primera Crónica General, Estoria de España. Publ. por Ramón Menéndez Pidal, Madrid, 1906., Cap. 386.
su status social, pero la
vida de la mujer valía el doble de la del hombre.49 El robo tenía pena de muerte.50 Faltar a la palabra de honor
era castigado con la pena capital.51 Tocar con la palma de la mano derecha la palma de la mano
derecha de otra persona, era un juramento de paz y este gesto de dar la mano,
quedó en la cultura occidental como un saludo de paz.52
La expansión
Es difícil fechar el momento
en que se desarrolló entre los bálticos el estricto sistema de vida familiar
y social que se refleja en sus más antiguas leyes, pero cabe observar que el vocabulario
llevado a las tribus fino-ugrias en el segundo milenio antes de Cristo,
indica que los bálticos ya habían desarrollado en esa época una cultura
material estable, anclada en el concepto de la familia y la productividad. Es
de suponer que en esos tiempos lejanos de gran mortandad y pésimas condiciones
de vida, el hecho de que existiese una sociedad organizada y previsiva, debe
haber producido una población más numerosa, cuya subsistencia exigía disponer
de nuevas tierras y nuevos pastos. La emigración se convertía en una
necesidad y los emigrantes llevaban a sus vecinos los conocimientos que
poseían para desarrollar su productivo sistema de vida. Recordemos que
Jordanes dice que la isla de Scandia de la que partieron los godos era como una fábrica o bien como la vagina
de las naciones (“quasi officina aut certe velut vagina nationum”). Por su parte, Alfonso X El Sabio define Scandia “cuemo fuente criadera de yentes”- como fuente criadera de gentes.
El historiador Matheus
Praetorius, ilustra en su libro Orbis Gothicus (Mundo
Godo) (en las páginas “Orbis Gothici”)
escrito en 1688, la temprana radiación cultural goda en las naciones
escandinavas y germanas. Asimismo, Praetorius, al igual que Jordanes y
Alfonso X El Sabio, se refieren al antiquísimo avance godo en los Balcanes, a
la Grecia
premicénica, a lo que hoy es Turquía y a la India nor-occidental, lugar ese último, donde
los bálticos dieron nacimiento al idioma sánscrito.
En los siglos IV y V de
nuestra era, la siempre renovada expansión goda alcanzó por primera vez en su
historia la costa del Atlántico, a raíz de su avance sobre el sur de Francia y
España. El libro de Jurate Rosales “Los Godos - El eslabón perdido de la historia europea”, cuyas dos ediciones se agotaron en Venezuela 53 y luego otras dos, editadas
por Ariel,54 se vendieron en las librerías españolas, ilustra con múltiples
detalles ese último e importantísimo avance godo, así como la profunda huella
que imprimió su cultura en la
España contemporánea.
49 Deveikė, J., Didžiosios Lietuvos Kunigaikštijos 1529 m. Statutas. Chicago, 1971. LCCCNumber 74-161347.
p.24.
50 Idem.
p. 238.
51 Lietuvių
Enciklopedija, Boston,
1961. t.XXIV, p.32..
52 Idem. Cf Crónica Versificada de Livonia, siglo XIII.
53 Rosales, Juratė Statkutė de, Los Godos, Introducción por Rafael Poleo. ISBN 980-07-5491-1. Ediciones de la
revista Zeta, Caracas, Venezuela, 1998 y 1999.
54 Rosales, Juratė. Los Godos, ISBN
84-344-6717-8, Ariel, Barcelona 2004.
Finalmente, quizás a esa
antiquísima costumbre goda de enviar a uno de los hijos, el “hidalgo”, a
buscar más tierras, con la encomienda de quemar las naves, echar raíces y mezclarse
con la población local, es que debemos ciertas características propiamente hispanas
de la conquista de Iberoamérica. Posiblemente allí radica la diferencia que
hasta el día de hoy marca una separación de blancos e indios en América del
Norte colonizada por anglosajones, en contraste con la mezcla racial que es
el signo distintivo de América Latina, colonizada por los hispanos. Igual
como siglos antes había ocurrido cuando los godos se mezclaron con los
ibero-romanos en la península ibérica.
Hipótesis final
A medida que avanzan los
estudios arqueológicos en toda Europa, se va confirmando que en las Edades de
Piedra y de Bronce, los intercambios culturales y económicos eran muchísimo
más desarrollados de lo que se creía. En el caso particular de los bálticos,
sus rutas comerciales fueron fáciles de seguir, debido a que su principal producto
de exportación era el ámbar. El lugar en el mundo donde más abunda el ámbar
es el sureste del mar Báltico y la mayor cantidad de esa gema se recolecta en
las costas de Prusia, Lituania y Letonia.
Los arqueólogos están siempre
atentos a la eventual presencia de pedazos de ámbar en las excavaciones y
cada vez que esas piedras aparecen en lugares como, por ejemplo, las antiguas
civilizaciones mezo-orientales, un análisis químico permite definir si
proceden del mar Báltico. El hallazgo de ámbar báltico a lo largo de las vías
fluviales de Europa, rumbo a Asia central, Asia Menor y el Medio Oriente, han
permitido trazar las llamadas “rutas del ámbar” en tiempos tan lejanos como la Edad de Bronce.55
Uno de los hallazgos más
interesantes proviene de la capital asiria, Nínive, donde se encontró un
pedazo de ámbar con una inscripción fechada hacia el 2000 antes de Cristo.
La inscripción explica que
esa piedra se pesca en el mar donde la estrella del Norte se encuentra en la
cúspide.56 Esto significa que hace 4000 años, existía un intercambio comercial
entre el norte de Europa y lo que hoy es Irak, y que en Irak conocían, por
las estrellas, el lugar geográfico de donde les llegaba el ámbar.
Viéndolo en sentido
contrario, en la zona costera lituana se ha encontrado, en una excavación,
una estatuilla del dios del trueno hitita,57 prueba de que había comunicación entre Lituania y ese antiguo
imperio de Asia Menor, cuyo esplendor se calcula entre 1450 y 1200 antes de
Cristo.
La hipótesis que nos
atrevemos a adelantar, es que gracias al comercio del ámbar,
55 Gimbutas,
M. The Balts, Frederick A. Praeger, Nuew York
- Washington,
1963. Second Printing 1968. Library of Congress cat. Nr. 63-18018. p.59. Cf.
Rosales, Jurate. Los Godos. Ariel, Barcelona 2004. ISBN 84-344-6717-8.
pp.23-4.
56 Rice,
Patty C., Amber, the golden gem of ages. Van Nostrand Reinholk Co, New York, ISBN 0-442-26138-1.
p.34. Cf. Rosales, Juratė. Los Godos. Ariel, Barcelona 2004. ISBN 84-344-6717-8. p.21.
57 Idem. p. 59.
los bálticos estuvieron en
contacto casi permanente con las antiguas culturas del sur. Deben haber
aprendido y reproducido lo que vieron en materia de agricultura, cría y
textiles, pero la diferencia del clima los obligó a ingeniarse para crear
métodos propios, que les ayudaran a sobrevivir durante los largos meses entre
noviembre y marzo, cuando todo a su alrededor se cubría de nieve. Es posible
que gran parte de lo que conocemos como la cultura báltica, haya sido el
producto de esa exigente adaptación.
La confirmación o negación de
esa hipótesis seguramente nos llegará en unos pocos años, dado un
extraordinario hallazgo arqueológico, que con toda seguridad brindará las respuestas
requeridas.
En 1970, se iniciaron en
Lituania unas excavaciones en un complejo de cinco colinas en un lugar
llamado Kernavė, situado a 35
Km de la actual capital Vilnius. Se suponía que
Kernavė era una antigua capital desaparecida en la Edad Media y que en
la colina central se erguía el palacio real, siendo las cuatro colinas a su
alrededor unas fortalezas defensivas. Las colinas son parcialmente
artificiales, creadas por el hombre.
Las obras de excavación
arqueológica avanzaban poco a poco, cuando bruscamente, todo el panorama
adquirió otro significado. En 1979, un derrumbe elegantemente llamado por los
medios “accidente geológico”, abrió una de las colinas hasta su base,
revelando 10.000 años de presencia humana. En palabras del arqueólogo jefe
Aleksas Luchtanas, aquello era como cortar una torta de muchas capas.
El hallazgo era tan
extraordinario, que en mayo 2005, la UNESCO proclamó el lugar “patrimonio de la
humanidad” por tratarse de “un testimonio excepcional de la evolución de las
ocupaciones humanas en la región báltica durante un período de unos 10.000
años.”58
Por el momento, sólo se ha
excavado y estudiado un 2% de lo que ofrecen las 200 hectáreas del
patrimonio arqueológico de Kernavė, pero los trabajos prosiguen y la expectativa
es grande.
El “Baltic Times” la describió así: “Pocos países tienen la suerte de encontrar un
tesoro arqueológico que haya preservado 10 milenios de asentamientos humanos.
Es un descubrimiento impresionante, sólo comparable con la ciudad griega de
Troya, que se consideraba un mito hasta que hacia finales del siglo XIX los
arqueólogos excavaron una colina en Turquía probando que existió y mostrando
una secuencia de 8 ciudades superpuestas en ese lugar.”59
Valga la comparación, porque
igual como sobre Troya se ha escrito durante siglos que era un mito y nunca
existió, algo similar parece haberles ocurrido a los godos y al conocimiento
de su cultura.
58 World
Heritage Committee documents. Decision 28COM 14B.44. 30th Ordinary Session of
the World Heritage Committee.
59 The
Baltic Times. March 23, 2005. By Darius James Ross.
jurate.rosales@gmail.com
FIN
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