Comentario del
árbol genealógico de |
El rey Juan
Carlos I de España es descendiente[1] de la
estirpe real visigoda de los Baltos, de la dinastía pelágico-alfonsina
(astur-cántabra), de la dinastía de los Trastámara, de la dinastía de los
Austrias, de la dinastía de los Borbones y de la dinastía davídico-carolingia. La dinastía carolingia procuró unirse a
la sangre del rey David de Judá y de Israel (
Lo relacionado con la mitología goda y y el Rey David son más leyendas de antiguos historiadores para ennoblecer dinastías. El rey Juan
Carlos I de España desciende: De los reyes godos, que se remontan Según S. Daukantas[2] a Augis,
que reinó en Lituania después de la muerte de Gapto, hijo de Vueric. La sangre real goda fue siempre la de las estirpes de los Amalos
para los ostrogodos y [3]
de los Baltos para los visigodos (godos del crepúsculo: getwes en Báltico). Según
Jordanes, la descendencia sería incluso anterior: Gapt, Humal, Augis, Amal,
Hisamis, Ostrogoda, Hunuil, Atal, Aquivulfo, Vultulfo, Valaravante,
Vinitario, Vandalario, Teodomiro (473 d. C.), Alarico II y Amalarico
(526-531). Recogiendo Amalarico tanto la estirpe de los Amalos como la de los
Baltos. Del rey Alarico I (370-410), que fue nombrado Magíster Milites por el emperador hispano Teodosio I el Grande, que proclamó el Cristianismo como religión oficial del Imperio Romano. Fue proclamado Rex Gothorum en el 398. El Monarca siempre será elegido dentro de la estirpe real única de los Baltos. Las princesas visigodas se casaban con príncipes o reyes de otros reinos, como por ejemplo Brunilda, la hija de Atanagildo, que casó con el rey merovingio Sigiberto, el célebre Sigfrido de los Nibelungos. O su hermana Galsuinda que se casó Chilperico, hermano de Sigiberto.
De los reyes visigodos, que fueron los vencedores del Imperio Romano de Occidente y los fundadores del Reino de España, primer reino europeo post-romano territorialmente definido en el siglo V d. C. Del rey Pelayo de Asturias, hijo del duque Favila de Galicia, primo hermano de don Rodrigo, que derrotó y frenó al Imperio árabe de Damasco en Covadonga, en el año 722 de nuestra era. Aunque en la monarquía visigoda el Concilio debía aprobar al rey, como en el Imperio Romano, los reyes se elegían siempre dentro de familias con Sangre Real, de la estirpe de los Baltos. De Pedro, duque godo de Cantabria, y de Alfonso I, su hijo, y de Ermesinda, hija de Pelayo. De Fruela, hermano de Alfonso I. En el reino hispanogodo los duques eran hijos del rey o de sangre real. Si analizamos los nombres de los reyes y cónyuges de la dinastía pelágica y alfonsina, hay mucho antropónimo godo, pese a que los godos se ponían nombres latinos cuando se bautizaban: Pelayo, Fávila (Froiliuva), Alfonso I (Ermesinda), Fruela I (Munia), Silo (Adosinda), Mauregato, Vermudo I, Alfonso II el Casto (Recuperó el ceremonial godo del ungimiento), Ramiro I (Paterna), Ordoño I, Alfonso III Magno (Ximena), García I (Mumma Donna), Brunilda, etcétera. Desde Alarico (396) hasta Juan Carlos I (2005) hay una continuidad histórica fidedigna y documentada de rey a rey, de persona a persona, de heredero a heredero, de nombre a nombre. Porque, dígase de una vez por todas y
sin complejos, el Reino Astur-leonés fue una continuidad genética, histórica,
legal, cultural y política del Reino Hispanogodo, heredero del Imperio
Romano, del R. Castellano, del R. Leonés; y el Reino de España, de El rey Juan Carlos I, desciende de Alfonso I de Asturias (739-757) y de Ramiro I de Asturias (842-850)
De Alfonso III de Asturias (866-911), cuyo reino se extendía desde Galicia hasta Pamplona, y repobló toda la fachada cantábrica.
Del conde de Barcelona Vifredo
I el Velloso (Guifré I el Pilós), fundador del monasterio de Ripoll, que hizo hereditaria De Sancho
III el Mayor de Navarra (1004-1035), que fue padre de García, rey de Navarra; de Vermudo III, rey de Galicia y León; de Fernando
I, primer rey de Castilla;
y de Ramiro I, primer rey de Aragón. Tiene ascendencia directa con todos
estos reyes, es decir, se han transmitido
De lo Reyes
Católicos, Isabel y Fernando, de la dinastía Trastámara, que pusieron fin al dominio del
Imperio musulmán en
Del emperador Carlos V de Alemania y I de
España (1516-1546). Lo que le convierte en Gran Maestre de
Un hecho significativo es que cuando el
rey Felipe II mandó levantar el Monasterio de El
Escorial, el templo de los Austrias españoles, colocó en el Patio de los Reyes las estatuas de sus
ascendientes los reyes de Israel y de Judá, destacando al rey David y al rey Salomón. El rey Juan Carlos I de
España lleva
por lo tanto la misma sangre que Jesús de Nazaret, que pertenecía a
Respecto al cambio de dinastía de los Austrias a los Borbones hay que recordar que el apellido lo transmite el padre. Felipe V era hijo de Luís, gran delfín y heredero al trono francés, y de María Cristina Victoria de Baviera. Sus abuelos paternos eran Luís XIV de Francia y María Teresa de Austria, hermana ésta de Carlos II de España, por lo que también era bisnieto de Felipe IV de España.
Del rey de España, Carlos
III de Borbón, fundador en 1771 de Don Juan Carlos ostenta legalmente el título de Rey de Jerusalén, al renunciar el rey Balduino, hermano de Godofredo de Buillón, en el siglo XI a dicho título. La legitimidad dinástica al Rey de
España se remonta al rey godo Valia, que fue encargado por el emperador hispano Honorio de restablecer la
legalidad romana en Hispania y expulsar a los vándalos; le viene del rey godo Recaredo, ungido por
El rey Juan Carlos I de Borbón es
el heredero biológico y legal más directo de los reyes de Israel
y de Judá,
de
Fuente para la genealogía: Según Joaquín Javaloys todas las Casas reales europeas están emparentadas entre sí y desciende de la dinastía davídico-carolingia. Joaquín Javaloys, Historia 16, marzo de 1999, año XXIII, número 275, páginas 8 y sucesivas. Quien a su vez cita como fuentes, entre otros, a Arthur J. Zuckerman, A Jews Princedom in Feudal France, 768-900. Columbia University Press, 1972. Y a Peter Berling, Le sang des rois. Éd. J. C. Lattès, 1997.
Texto (de 1161 d. C.) literal de Sepher
Ha-Kabala (Libro de Fco. Javier Albert Gutiérrez. Alicante, 13/03/99 |