Frente a la ciudad de Alicante, a unas diez o doce millas, y cerca del cabo de Santa Pola, se encuentra la isla de Tabarca, con una longitud aproximada de 1.800 metros y una anchura máxima de unos 400 metros y con una población de 50 habitantes.  Actualmente viven del turismo, por lo que tiene varios restaurantes y hoteles. Su plata típico es el caldero de pescado. En realidad mas que de una isla, se trata de un pequeño archipiélago, compuesto, aparte de Tabarca, por los islotes La Cantera, La Galera y la Nao.

En la Edad Media (1.337) el Consejo de Elche, de quien dependía entonces la isla, construyó una torre para guardar la costa que estaba bajo constante amenaza de piratas moros. El actual nombre de Tabarca fue puesto por Carlos III, en el año 1768, que repobló con unos trescientos genoveses cautivos que rescató de Túnez, con la misión de impedir que a isla fuese empleada como plataforma por los piratas berberiscos para saquear costas españolas.

Carlos III la fortificó con murallas, baterías, castillo y baluartes y, así mismo, fue dotada de viviendas, cuarteles, caballerizas, bóvedas subterráneas, iglesia, casa para el Gobernador, lavadero con cisternas para la recogida de aguas pluviales, almacén para el esparto, tahona, horno para cocer el pan y otros para la cal y el yeso, además de varadero.

Reserva natural, con un variopinta fauna marina (llubinas, meros, congrios, doradas, etc.). Declarada como Zona de Especial Protección para las Aves por la UE. Es una zona interesante para el buceo. Destaca la abundancia de aves marinas, como la gaviota de Audouin, el cormorán moñudo, el alcatraz común y el paiño común, esta última nidificante.

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Torre de San José		Puerto de Tabarca