Al Ándalus: siglos VIII al XV
El Estado islámico
El Estado
islámico fue una superestructura militar formada por un ejército de
musulmanes árabes, sirios y beréberes, organizados en tribus, y redoblada por
un aparato recaudador de impuestos. Era un régimen teocrático y aristocrático,
donde los árabes eran súbditos privilegiados. En realidad la mayor parte de
los nobles territoriales vitizanos establecieron un pacto de alianza (ahd)
con los musulmanes, por lo que les fue respetada en un principio su autonomía
política, económica, cultural y religiosa, a cambio de pagar unos impuestos
de vasallaje tribal. Con el paso del tiempo, en la medida en que se fue
afianzando el poder musulmán y aumentaron las presiones, una parte de los
cristianos (mozárabes), se vio obligada a emigrar al Norte, y la otra, por
intereses, para no ser deportada o por que no estaba suficientemente
evangelizada, se convirtió al islamismo (muladíes). El carácter de Yihad
que se dio desde un principio a la conquista de Spanna hizo que la represión a los infieles fuese
más dura conforme se iban asentando, con lo que en el siglo XIII no quedaban
cristianos, apenas judíos, ninguna
iglesia y muy pocas sinagogas en territorio musulmán.
Según
fuentes coetáneas árabes los contingentes que llegaron fueron:
711. Tariq:
17.000 beréberes
712: Muza:
18.000 árabes
716: Al
Hurr: 400 árabes notables para la administración
741: Balch:
7.000 sirios
Total 42.400
guerreros tribales: que es más de los legionarios que necesitaba el Imperio
Romano para mantener controlada España.
1. La ocupación.
1.1. La Guerra civil.
A la muerte
de Vitiza en febrero de 710, sus fideles
intentaron el reparto del reino entre sus hijos, que eran menores de edad.
Pero esa división contradecía la legalidad sobre del poder real. El Concilio
(Senatus) -reunión de palatinos y prelados-
tenía que ungir al nuevo rey como había sido establecido en el
Concilio VIII de Toledo. El Concilio ungió rey a Rodrigo,
duque de la Bética. Los
hijos y fideles de Vitiza no aceptaron dicha sanción y estalló la guerra
civil. En esta venció Roderico, rey de España. Pero los vitizanos no se resignaron a la derrota y
buscaron la revancha. Los judíos, que habían sido expulsados por negociar con
el Califato Omeya, negociaron la invasión de España. Y mediante el conde don Julián, gobernador de Ceuta, pidieron
auxilio a los sarracenos.
1.2. La ayuda extranjera.
En julio de
710 Tariq abu Zara desembarco en Tarifa - de él recibe su nombre - con
quinientos soldados para hacer un reconocimiento. En la noche del 27 al 28 de
abril del 711, mientras don Rodrigo
luchaba contra los vascos en el Norte, que siempre habían aprovechado
las guerras civiles para sublevarse. Tariq
desembarco en Calpe, que cambió de nombre en adelante; los musulmanes la
llamaron Yabal Tariq - la montaña de Tariq - y nosotros Gibraltar (nombre
castellanizado). Con la ayuda de los barcos vitizanos y judíos, y en
sucesivas idas y venidas, logró desembarcar siete mil hombres y derrotaron a
las tropas de cobertura que comandaba
Sancho. Don Rodrigo recibió estas malas noticias y en largas jornadas se encaminó hacia el
Sur. Entre tanto Tariq avanzó muy despacio por la vía romana, que iba en
derechura hacia Sevilla. Tras ocupar
Algeciras y Lago, pidió refuerzos a Muza, que le envió cinco mil hombres más
(total 12.000).
1.3. La batalla.
Los
ejércitos se encontraron en Guadalete
(Lago) el 19 de julio del 711 y la batalla duró hasta el 26 del mismo mes.
Don Rodrigo fue derrotado porque en el último momento los partidarios de Aquila, Olmundo, Ardabasto (hijos de Vitiza), de su tío Oppas, obispo metropolitano de Sevilla y otros
nobles con sus tropas se pasaron al enemigo mientras decían, según el texto
literal de los cronistas "¡ Ese
hijo de puta ha privado del reino a los hijos de nuestro señor Vitiza y a
nosotros del poder. Podemos vengarnos pasándonos al enemigo. ¡Esas gentes de
enfrente no aspiran sino a hacer un gran botín!". Fuentes: Crónica
Mozárabe, Ajbar Maymua, el Fath al-Andalus, Ibn al-Qutiya (descendiente de
Sara, nieta de Vitiza), al Himyari, al Maqqari y Ximenez de Rada.
1.4. La conquista.
En seis años
conquistaron toda España y ello fue posible por seis razones fundamentales:
1ª. España era un Estado civilizado que estaba gobernado por una
nobleza política y un Ejército profesional muy reducido. Vencido éste, se pactó con la élite
política --como pasó después en el s. XIX con Napoleón-- y se produjo
rápidamente el cambio. La superioridad militar árabe se debía a que tenían un
ejército mucho más numeroso que los españoles.
2ª. Las tropas árabes llegan a petición de los vitizanos, en
rebelión soterrada contra su rey legítimo. El Reino de España se enfrentaba a un Imperio en fase álgida de
expansión que dominaba toda la ribera sur del Mediterráneo y hacía imposible
toda ayuda del Imperio Romano de Oriente (bizantino). Los judíos, que
se movían por todo el Mediterráneo,
fueron los que sirvieron de intermediarios, los que informaron, financiaron y
convencieron al Califa para que llevara a cabo la invasión.
3ª. El pueblo hispanogodo era ajeno a la política y a la milicia,
hacía siete siglos, (19 a.
C.) que había abandonado la organización tribal guerrera durante la Pax Augustea y la
romanización; estaba desarmado y se dedicaba al trabajo. La mayoría no
vio a un árabe, porque seguían dependiendo de sus señores hispanogodos, que
eran los que se hacían responsables de
los impuestos.
4ª. Todos los señores vitizanos y muchos otros godos, establecieron
un tratado de paz, llamado ahd por el que se les respetaba patrimonio,
religión y autonomía política, a cambio de vasallaje y pagar una contribución
territorial - Jaray- y un IRPF - Yizia-. Las élites dominantes suelen
colaborar con los invasores para conservar sus patrimonios. En el s. XIX
harían lo mismo los afrancesados con Napoleón. Y en el s. XX los fascistas de Petain con Hitler, y los
comunistas de los países del Este europeo con Stalin.
5ª Los judíos, perseguidos por los godos y
bizantinos por traidores, colaboraron en todo momento con los musulmanes,
quedándose como guarnición armada en las ciudades conquistadas. Le convenía a
sus grandes comerciantes. A cambio recibieron un trato privilegiado durante
el tiempo que gobernaron en España (Al Ándalus). Más tarde en el siglo XII
fueron expulsados de Al Ándalus por los almohades.
6ª La conquista de Spania fue meticulosamente planificada como Yihad por el Califa Al Walid. Aunque en teoría admiten
a judíos y cristianos, en la práctica fueron aniquilados. El Islam se impuso
por conquista militar y el terror. En la medida que cobraban fuerza
aumentaban la represión de infieles y borraban culturalmente a los pueblos
dominados. Cuando se reconquistó Córdoba y Granada no quedaban ni cristianos
ni judíos, ni sinagogas ni iglesias.
2. El Emirato dependiente
(714-755).
Tariq había
llegado a un pacto con los hijos de Vitiza, de reconocerles todas sus
propiedades a cambio de ceder el trono al califa omeya Al - Walid de Damasco. Así es que Muza proclamó en 714, formalmente en Toledo, rey
de España a Walid I. España pasó a ser una provincia del Imperio musulmán,
gobernada por emires o valíes, y le pusieron un nuevo nombre: Al-Andalus.
Este fue un periodo de cruentas guerras civiles entre árabes, sirios y
beréberes, que terminó con la emigración de los berberiscos al Norte de
África. Los musulmanes que llegaron durante este periodo, según las cifras
más optimistas (Claudio Sánchez-Albornoz) serían unos 40.000, y constituyeron
una superestructura política y militar
que nunca tuvo un dominio real de la zona que teóricamente gobernaba, excepto
los últimos setenta años del siglo X, época del Califato. El Reino de España (Mal llamado Reino de Asturias
por la influencia decimonónica nacionalista) quedó
reducido a las montañas cantábricas y asturianas con capital en Cangas de
Onís donde se refugiaron los hispanogodos rodriguistas
que no se habían rendido al poder de los agarenos, y con el paso del tiempo
lograrían recuperar el poder político que en esos momentos habían perdido. El
valle del Duero se convirtió en un desierto que sirvió de frontera natural entre el reino cristiano y el poder musulmán. En
Al Andalus nunca hubo una arabización si no una islamización (conversión de los
hispanogodos al islamismo). Los musulmanes españoles nunca hablaron árabe, excepto para
rezar y como lengua oficial o científica.
3. El Emirato independiente
(756-929)
Abul Abbás se
rebeló en Bagdad contra la familia de los omeyas y consiguió exterminar a
todos excepto a Abderramán (nieto de Abdelmalik, decimo Califa, e hijo de una
concubina berebere de la tribu nafza) que escapó y logró llegar al norte de Marruecos donde
contactó con sus parientes y con clientes sirios de Al Andalus, y, con la
ayuda de ellos, se declaró emir independiente, reconociendo sólo teóricamente
la autoridad religiosa del califato de Damasco. Abderramán
I profesionalizó el ejercito,
orientalizó la corte y logró que los cargos cortesanos pasaran a manos de sus
parientes omeyas, huidos como él de Damasco. Fue el fundador del estado
islámico español. Con sus sucesores
Hixam I y Alhaken I, en la misma medida que el estado se hace fuerte crece la
intransigencia religiosa y empezaron las sublevaciones como, por ejemplo:
La "jornada del
foso" de Toledo (797): un grupo de
muladíes fue invitado al castillo del gobernador con el pretexto de que
presentaran sus respetos al heredero del trono; una vez dentro, conforme iban
llegando les pasaban a una sala donde les cortaban las cabezas y los
arrojaban a un foso. Las cabezas de los muladíes fue el presente que le
ofreció el gobernador a Alhaken I.
Y la rebelión del arrabal de Córdoba (818) Dice el cronista Ibn al Atir: "Al Hakam estableció el impuesto del
diezmo sobre las mercaderías, lo que fue mal visto por el pueblo. El califa
se apoderó de trescientos de los principales exaltados y les hizo crucificar,
con lo que provocó la rebelión. Se crucificó cabeza abajo a treinta de los
más notables de ellos. Y, durante tres días, los arrabales de Córdoba
sufrieron muertes, incendios, pillajes y destrucciones. Miles fueron
deportados a Fez y otros a la isla de Creta, donde formarían un gobierno
autónomo hasta 961".
En Fez donde fundaron una ciudad llamada
de los Andalusíes. Cuando se disponía de la
suficiente fuerza las rebeliones fueron reprimidas de una forma sangrienta.
Con
Abderramán II la presión fiscal aumenta y el descontento de los muladíes
también. En esta época aumenta la emigración de mozárabes hacia territorios
cristianos del Norte. A partir de su muerte en el 852 el Emirato entra en
crisis y Córdoba sólo controla su propia provincia. Las rebeliones muladíes
más importantes fueron: los Banu - Casi en el valle del Ebro, los Ibn Merwan
en Mérida, Omar ben Hafsun en Bobastro, etc.
4. El Califato de Córdoba
(929-1035)
En el año
912 es proclamado emir Abderramán III, e
inmediatamente emprendió la tarea de reducir los focos rebeldes de Al
Ándalus. En 913 acabó con la rebelión de Andalucía Oriental. En 914 le tocó
el turno a Sevilla. En 924 lo Banu Qasi (descendientes del duque godo Casio),
muladíes que gobernaban la
Marca Superior (Zaragoza), eran reducidos y transportados a
Córdoba. En 917 murió el muladí Omar Ibn Hafsun (Hafsun=Alfonso) y sus hijos
cometieron la torpeza de volver a la fe de sus mayores, por lo que muchos
nobles le retiraron su apoyo y en 928 Abderramán tomó la fortaleza de
Bobastro.
El mayor peligro venía por el Sur,
donde el fatimí Ubayd Allah, rompiendo la unidad califal, se había proclamado
Emir de los Creyentes y amenazaba en convertir Al Andalus en un estado
satélite. Por otra parte, la relativa unificación del Magreb amenazaba muy
seriamente las rutas del comercio andalusí, especialmente el aprovisionamiento
de oro, vía Siyilmasa. El peligro, por el momento, fue conjurado con la toma
de Ceuta y Melilla.
En 929, lograda la paz en todos los
frentes se autoproclama califa y jefe de los creyentes (Amir al Muminin) Ello
supuso la independencia respecto a toda autoridad musulmana superior, y la
iniciación de una nueva etapa de gobierno en Al Andalus: El Califato de
Córdoba.
La amenaza
de los cristianos del Norte fue conjurada con la victoria de Valdejunquera
(920) sobre leoneses y navarros y el saqueo de Pamplona cuatro años más
tarde. Estas derrotas obligaron a León y Navarra a rendir vasallaje a
Abderramán hasta que en
939, en la
Batalla de Simancas/ Alhandega, el Califa Abderramán III fue derrotado por Ramiro II el Grande,
y escapó de milagro herido a uña de caballo. Murieron miles de moros. Del
gran botín se destaca su Corán, su manto, que se conserva en San isidoro de
Léon, y su cota de malla más preciada. Nunca más se puso al frente de un
ejército contra cristianos. Para resarcirse del susto, construyó el
palacio de Medina Azahara, en el que se solazaba con sus dos mil concubinas.
Abderramán
III no fue un jefe ilustrado y tolerante, como
afirman los mitómanos, sino un tirano caprichoso, cruel, sanguinario,
belicista y lastrado, A los jefes de
su ejército que se salvaron y a trescientos de sus caballeros musulmanes los
crucificó por perder la batalla. También decapitó y crucificó a miles de cristianos y muladíes a lo
largo de su vida. A su muerte, su palacio de Medina Azahara contaba con los
servicios de tres mil setecientos cincuenta esclavos varones y seis mil
trescientas mujeres, de las que la inmensa mayoría también estaban reducidas
a la esclavitud. Sus sucesores llegaron
alcanzar la cifra de trece mil setecientos cincuenta esclavos. (Así
lo recoge César Vidal en su libro “Mentiras de la Historia”).
Las rentas
que percibía el Califa llegaron hasta la cifra record de seis millones de
dinares/año. Parte de esta recaudación se gastaba en mantener un ejército
profesional de unos 6000 hombres.
Ibn Abi
Amir, conocido como Almanzor el Victorioso. Almanzor, aprovechando la
debilidad de Hisham II se hizo con el poder y de 981 a 1002
gobernó de manera absoluta, llevando a
cabo una política de agresión a los reinos cristianos que se basaba en el saqueo. Le sucedieron sus
hijos pero no supieron conservar el poder que les legó su padre. Después de
la muerte de Almanzor el califato entró en un período de guerras civiles
(1009-1031) y quedó dividido en los llamados reinos de taifas.
5. Los reinos de taifas
Las causas
hay que buscarlas en:
·
El aumento de la presión
fiscal para mantener un ejército tan numeroso.
·
Las grandes diferencias
entre los diversos componentes de la comunidad islámica, y el general odio a
los beréberes del que se hacen eco los textos cronísticos.
·
El centralismo del Califato
ha sido más un mito romántico que una realidad histórica. Desde el Bajo
Imperio Romano, los dominus o nobles eran autónomos en sus territorios y,
dependiendo de la fortaleza del poder central, había épocas que pagaban impuestos
y otras que no los pagaban.
1as
Taifas: Cuando se debilitó el ejército el espacio político del califato se
disgregó en treinta reinos (1031-1090):
Los beréberes
fueron los que ocuparon un mayor
territorio (taifas de Badajoz, Toledo y
Málaga).
Los muladíes
estuvieron representados por los
abbadíes en Sevilla, los jahwarides en Córdoba, los tuyibíes en Zaragoza y los razinides en Albarracín.
Los eslavos,
por su parte, se agruparon en la zona
de levante,
formando los reinos de Tortosa, Valencia,
Denia y Baleares.
Estos reinos
se mantuvieron comprando la paz a los reinos cristianos del Norte mediante el
pago de parias.
El Imperio Almorávide (1090-1145):
Seguidores del
movimiento político y religioso musulmán fundado por Abd Allah Yasin, que
encarnó una de las reacciones ortodoxas dentro del Islam occidental,
predicaba:
·
La yihad o guerra santa
·
La unidad política de la Umma
·
El cobro solamente de los impuestos
prescritos en el Corán
·
Y el reparto del botín.
Tuvo su
origen en tierras de Senegal, ya islamizadas por tribus nómadas saharianas, a
partir de la aceptación por los hermanos Yahya y Abu Bakr de las doctrinas de
Abd Allah Yasin. En una rápida expansión, y bajo la dirección de una notable
personalidad, el rey Yusuf ibn Tashfin, conquistaron una parte del
Magreb y Marruecos donde fundaron su capital Marrakech (1068).
Su economía
la basaron en el control de las rutas caravaneras de la sal
de Aulil y del oro de Ghana.
La anexión
de Toledo por parte de Alfonso VI de Castilla (1085) asustó a los musulmanes
andalusíes, y los reyes de las taifas de Sevilla y Badajoz pidieron ayuda a
los almorávides, que entraron en la Península y derrotaron a Alfonso VI en Zalaca (Badajoz), en
1086. Más una vez aquí, decidieron quedarse y, tras un segundo desembarco en
1090, ocuparon los reinos de Granada (1090), Córdoba, Sevilla (1094), y Zaragoza (1110), y
deportaron a sus reyes al Magreb. Al Mutamid de Sevilla murió cuatro años más
tarde en Agmat componiendo tristes versos de exilio.
Su fanatismo
e intransigencia les llevo a expulsar de sus territorios a gran número de
mozárabes. Otros muchos emigraron a los reinos cristianos por negarse a la
conversión al Islam.
Los almorávides
enviaron tropas desde 1088
a Levante, pero fueron detenidos por la presencia
del Cid,
que obtenía cuantiosas parias de toda la zona, hasta Zaragoza. Rodrigo Díaz
de Vivar tomó Valencia el 15 de junio de 1094. Allí moriría el 15 de junio de
1099, y su mujer, Doña Jimena, resistió en la ciudad durante tres años más,
hasta que los almorávides acabaron entrando en Valencia el 5 de mayo de 1102.
Vencido este obstáculo, conquistaron fácilmente el valle del Ebro.
2os Reinos
de Taifas(1150-1170): la descomposición del Imperio almorávide
Los almorávides
siempre fueron vistos por los andalusíes como un mal menor, como una cultura
extraña, y cuando su poder se debilitó, las familias nobles de los
principales territorios se enfrentaron con éxito a las guarniciones
almorávides y lograron independizarse. La única forma que tenían estos reinos
de mantener a raya a los cristianos del Norte era mediante el pago de las
parias, pero cuando los almohades corten las rutas del oro del Sudán y
carezcan de numerario para pagar a los reinos cristianos, éstos prosiguen la
reconquista, por lo que cayeron de nuevo en la tentación de pedir ayuda a una
fuerza extranjera.
El Califato Almohade (1170-1231).
El beréber
Muhammad ibn Tumart, erigido en reformador religioso, basó su doctrina en una
interpretación rigorista y extremadamente legalista de las prescripciones del
Corán, que ganó rápidamente adeptos en el Atlas marroquí. Su sucesor Abd al-Mumin
(1130-1163) transformó la primitiva confederación de tribus beréberes que se habían
adherido a la doctrina en un Estado y adoptó el título de califa.
Su imperio llegó a extenderse desde el Atlántico hasta Argelia occidental y
desde el río Tajo hasta el desierto del Sahara.
Los almohades
intervinieron en la
Península a partir de 1170, y obtuvieron notables éxitos
contra los cristianos como la derrota de Alfonso VIII de Castilla en Alarcos
(1195). Su fanatismo era superior al de los almorávides, lo que originó
rebeliones armadas como la del "Rey Lobo" de Murcia. Los judíos y
los mozárabes se vieron forzados a la conversión o al destierro. Tomaron como
capital Sevilla. Su decadencia vino cuando un nuevo poder, surgido en
el norte de África, los benimerines, les dispute el control del oro
del Sudán.
La decadencia de los almohades comenzó con
su derrota en la batalla de las Navas de Tolosa
(1212) ante los reinos cristianos
españoles y acabó con la ocupación de Marrakech por los benimerines en 1269.
Terceros reinos
de taifas(1220-1250)
Son los surgidos
tras la caída del Califato almohade. Derrotados los almohades en las
Navas de Tolosa (1212), comenzó la desintegración de su imperio. En 1224 Baeza
se declaró independiente. En 1228
Muhammad ibn Hud se proclamó rey de Murcia y
extendió sus dominios hasta Córdoba, Sevilla y Niebla; esta
última se sublevó luego formando una
nueva taifa. En 1229, Zaiyan ibn Sa'd
se proclamó rey de Valencia. En 1231, Muhammad, señor de Arjona, conquistó Jaén y en 1238 organizó desde
Granada el reino nazarí. La mayoría de
estas taifas fueron cayendo en poder de castellanos y catalanes. En 1236 cayó Córdoba, en 1238
Valencia, en 1246 Jaén, en 1248
Sevilla, en 1261 Niebla. Murcia se rindió en 1243, mientras que el reino nazarí de Granada, convertido en
vasallo de Castilla, perduró hasta 1492.
El reino nazarí de Granada (1237-1492)
La dinastía
musulmana de los nazaríes reinó en Granada de 1231 a 1492. Muhammad I (1231-1272), sobrino de
Yusuf ibn Nasr (de donde se deriva el
nombre de la dinastía de origen sirio), fue el primer soberano nazarí de Granada. Sometió bajo su
autoridad a las comarcas de Jaén,
Guadix y Baza. Más tarde (1237-1238) logró conquistar Granada y estableció allí su residencia, para cuyo
embellecimiento mandó construir la Alhambra. Para
mantenerse en el poder tuvo que reconocerse vasallo de los reyes de Castilla. Colaboró con Fernando
III en la conquista de plazas como
Sevilla (1248) y Jerez (1261).
Este reino
se mantuvo fundamentalmente por el interés económico que tenía para Castilla.
Era una puerta abierta al comercio con Oriente y al oro del Sudán, mediante
el pago de parias. Pero cuando los turcos cortaron al reino Nazarí el acceso
a las rutas comerciales, y éste se vio incapaz de pagar sus impuestos a
Castilla, los reyes católicos decidieron poner fin a dicho Reino.
6. Aspectos socioeconómicos
6.1. Complejidad étnica y
religiosa
En la Península no hubo
arabización sino islamización. En primer lugar, el contingente de
afroasiáticos establecido en la
Península, según los cálculos más exagerados, debió
situarse entre 30.000 y 40.000 personas, frente a una población hispanogoda
de unos cuatro o cinco millones. En segundo lugar, el sistema de cohesión de
estos contingentes era tribal de tipo patriarcal endogámico: el hombre se
casa preferentemente con su pariente más próxima, es decir, con su prima
hermana por vía paterna (P. Guichard). Así es que, árabes, sirios y
beréberes, como los gitanos hoy día, nunca se mezclaron ni entre ellos ni con
los hispanogodos.
Los
principales grupos étnicos eran los siguientes:
Mozárabes:
Eran los
hispanogodos que se mantuvieron fieles al cristianismo y no renunciaron a su
fe. Mientras fueron necesarios fueron respetados. Estaban organizados bajo la
jefatura de un comes
(conde). Se regían por el Liber
Judiciorum, y tenían su propio juez o censor (qadi al nasara=juez de los
cristianos), que en algunas ciudades coincidía con el obispo. Y su propio
recaudador de impuestos o exceptor. Al principio llegaron a desempeñar
cargos importantes en la Corte
de Córdoba. Con el paso del tiempo la intransigencia hacia ellos fue
aumentando y tuvieron que emigrar a los reinos cristianos del Norte.
Muladíes
(muwallad)
Eran los
indígenas que habían aceptado el Islam. Entre ellos había grandes
diferencias, según fuesen:
Sulham, que al someterse mediante pacto eran considerados como aliados
y por lo tanto conservaban sus derechos sobre las tierras. Pagaban un
impuesto territorial o jaray
estipulado en las condiciones concretas del tratado.
Anwatan, sometidos por las armas, explotaron en usufructo sus tierras,
las cuales pasaron a la umma.
Pagaban un jaray más elevado impuesto por los musulmanes.
Como dice Claudio Sánchez-Albornoz "…Sí, quede dicho de una vez para siempre, los musulmanes de España
tenían sangre hispana por los cuatro costados".
Judíos
Gozaron de
una situación privilegiada, puesto que fueron los que planearon la llegada de
los musulmanes. Conocedores del terreno, dirigieron la conquista y
colaboraron militarmente quedándose como guarniciones de las ciudades
sometidas. Vivían en las ciudades. Formaban una burguesía muy rica, dedicada
a las finanzas, a la orfebrería de lujo, al pequeño comercio y al comercio de
export/import. Eran endogámicos y no se mezclaron ni con cristianos ni con musulmanes. Suponían en torno al 5%
de la población total.
Fueron
expulsados de España en el año 1492 para que no volvieran a colaborar en otra
invasión islamista.
Sirios, árabes
y beréberes
Formaron una
etnia privilegiada que tenía sometida y explotada al resto de la población.
El establecimiento de esta clase dirigente se hizo según criterios
tribales, como lo muestra la propia toponimia clánica de los Beni. Formaron un contingente militar
que tenía al grupo étnico como base. Las guerras civiles entre ellos para
disputarse el poder fueron continuas. Como dice Chelhod "la tribu toma conciencia de sí misma en tanto que
individualidad, como resultado de una sorda rivalidad con otros grupos".
Esclavos
La esclavitud
fue un gran negocio en Al Ándalus. La palabra esclavo parece ser que se
deriva de “eslavo”. Las esclavas blancas eran muy apreciadas en todo el mundo
musulmán. Este negocio ha continuado hasta el siglo XX.
En un
principio los beréberes
ocuparon Sierra Morena, la Serranía
de Ronda y las dos mesetas.
Los árabes
ocuparon Andalucía hasta Murcia, donde el noble godo Teodomiro fundó un reino
vasallo independiente.
La región valenciana
nos presenta el caso de un territorio en principio vacío de poblamiento árabe.
Después se repoblaría con beréberes.
En total,
según las cifras más optimistas, en los momentos de máxima concentración
nunca llegaron a sobrepasar los 60.000 individuos, frente a 4 millones de
hispanogodos, por lo que genéticamente tuvieron la misma influencia que una
gota de sangre en el océano Atlántico.
Los mudéjares,
que eran los musulmanes que vivían en territorio gobernado por cristianos,
suponían alrededor de un 5% de la oblación total.
Sus
descendientes fueron expulsados en la Reconquista y Repoblación. Y los que se convirtieron al cristianismo
para quedarse, los moriscos, durante el reinado de los RR CC en 1502, y
de Felipe III en 1614, por pactar con el Imperio Turco una nueva invasión
islámica de España. Muchos de ellos se dedicaron las costas europeas.
6.2. La actividad económica
El comercio
La
incorporación al Imperio islámico produjo un desarrollo económico en todos
los ordenes, impulsado por la integración de al Ándalus en los circuitos
comerciales de Oriente, y la facilidad de tener como medio de cambio una
moneda única y fuerte, el dinar (3'81 gr. de oro) y el dirhem
de plata.
Al Andalus
puso en relación el norte de África, Europa y la fachada mediterránea hacia
Oriente. Según el geógrafo persa Ibn Jurdadbin (m. h. el 885) "Se exportaba a Oriente esclavos, pieles,
sedas, resina, drogas, coral, telas de lana, de lino y espadas, transportadas
por los mercaderes judíos llamados radaniyya". A ello habría que
añadir la exportación de oro, aceite y cueros. Según cuenta Ibn Hawqal “Todos los eunucos eslavos que se encuentran
en la superficie de la tierra proceden de Al Ándalus, la castración es
realizada por los comerciantes judíos".
“Fueron muchos más los europeos
esclavizados y trasladados al norte de África por los piratas que surcaban
las costas de Berbería que los africanos esclavizados en sus propias tierras
y trasladados a las colonias norteamericanas y, después, a los EEUU. Sin
embargo, en nuestras escuelas y universidades, en nuestros medios, en
nuestros Parlamentos, la esclavitud se presenta siempre como si se tratara de
un asunto propio de los americanos, blancos y negros”. (Thomas
Sowell)
El
desarrollo del comercio siempre va parejo al crecimiento de las ciudades.
Según un estudio de L. Torres Balbas Córdoba alcanzó los 100.000 habitantes,
Almería 27.000, Granada 26.000 (1/2 s. XI), Málaga 15.000, Toledo 37.000,
Valencia 15.000 y Mallorca 25.000. A principios del siglo XII habría nueve
ciudades con más de 40 Ha
y 15.000 habitantes.
La
descripción de oficios que se hace en los tratados no da una idea del
desarrollo alcanzado por la industria: hiladores, lineros, tejedores,
tintoreros, curtidores, etcétera. Todas estas actividades se desarrollaban en
el zoco.
El gobierno del zoco era desempeñado por el sahib al suq o zabazoque. Su jurisdicción tenía un carácter
económico policial. Fijaba los precios, registraba las pesas y medidas,
vigilaba la limpieza de las calles y era el encargado de cobrar los derechos
de mercado a los vendedores. Un ambiente parecido se puede ver hoy en día en
Marrakech.
La agricultura experimentó un fuerte impulso debido a la demanda de las
ciudades.
La vid se
siguió cultivando y pese a la prohibición islámica, los muladíes consumían
vino. Existían viñedos en la campiña cordobesa, como atestigua el llamado
Calendario de Córdoba, del 961, compuesto por Arib ibn Sa´d. Eran famosas las
pasas de Ibiza y Málaga, los higos de Sevilla, las manzanas y peras del valle
del Ebro, los almendros de Málaga, el aceite de Jaén y la caña de azúcar de
la costa granadina.. Se cultivaba el arroz, el azafrán, la berenjena, el
limón, el plátano. Además de plantas industriales como el algodón, el lino,
la morera, la alheña, etcétera. El comercio con Oriente difundió el cultivo
de nuevas especies.
La cultura
Todo el
mundo intelectual musulmán se basa en la interpretación del Corán, que es el
inspirador de su filosofía especulativa o de su concepción del poder
político. Sin embargo, al ocupar el solar de lo que fue el mundo greco-latino, entraron en contacto con la
cultura helenística, que a través de Al Andalus se reencontró con Europa. Uno
de los sabios más famosas fue Averroes (hijo de Ruiz). Médico, astrónomo,
jurista y filósofo. Comentó las obras de Aristóteles, lo que no gustó a los
almohades que lo encarcelaron primero y lo desterraron después a Marraquesh.
Cuando los
hispanos, herederos de una gran tradición cultural, se convirtieron al
islamismo elevaron el tono intelectual de mundo islámico. Se da el caso de
andalusíes que enseñaban gramática árabe en Bagdad.
El arte
Los árabes,
nómadas del desierto, no tenían arte. Sin embargo, al entrar en contacto con
el mundo persa, bizantino y visigodo
asimilaron sus características.
El arte de Córdoba es el hispanogodo adaptado a
la ideología musulmana. Aprovecharon
los materiales de las iglesias godas y edificios romanos para hacer
sus mezquitas. La diferencia principal está en los caracteres cúficos de la
decoración y supresión de figuras.
El arte mozárabe es continuidad del hispanogodo. Su
elemento más característico es el arco de herradura y peraltado.
El arte
almorávide y almohade sigue la tradición romana e hispanogoda de construir.
El arte mudéjar es continuidad del mozárabe. Este
arte sigue empleando el ladrillo y la teja romana como elementos
constructivos.
Las artes
plásticas están en función de la arquitectura. No tienen escultura, ni
pintura.
Para la
decoración de los edificios utilizan placas de yeso o de piedra muy fina
policromadas. Los motivos son vegetales estilizados, lacerías, geométricos o epigráficos (leyendas del
Corán en caracteres cúficos).
También
emplean los azulejos de tipo bizantino, con vivos colores.
El arco de herradura lo
toman de los visigodos, lo encuadran
en el alfiz y se convierte en un elemento característico de su estilo, este arco
va tomando diversas formas: lobulado, apuntado, y su colocación es muy
variada.
|