EL FASCISMO QUE NO QUEREMOS VER

 

 

Javier Albert, publicado en INFORMACI0N DE Alicante, opinión,  pág. i19, el 28/02/08

 

Las agresiones que hemos visto las últimas tres semanas contra María San Gil, Dolors Nadal y Rosa Díez tienen todo el estilo del fascismo. Yo me fío más de las acciones que de las palabras, y fascista es todo aquel que empleando la violencia intenta atemorizar a la gente para impedir o condicionar su libertad de expresión. Y los que alcanzado el poder imponen la fuerza de la censura a la oposición y disidentes.

 

El fascismo fue una variante del socialismo, que cambió el internacionalismo por el nacionalismo y la bandera roja y algunas prendas y gestos por otros, como el puño  cerrado por la mano abierta. Mussolini, el inventor, perteneció al Partido Socialista Italiano (PSI) y Hitler al Partido Obrero Alemán al que cambió el nombre por Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP). Mussolini fue una persona mediocre en sus estudios, fue expulsado del colegio dos veces, nunca demostró gran capacidad intelectual. Hitler, fue cabo chusquero del ejército, espía y pésimo pintor, y a Stalin le echaron del seminario donde estudiaba. Todos ellos eran personas fracasadas en el trabajo, mediocres en los estudios, frustradas y resentidas.

 

Los ingenuos creen que fascismo y comunismo son términos contrapuestos, sin embargo, son la cara y la cruz de la misma moneda totalitaria. La "literatura" fascista y comunista comparte lenguaje,  léxico y métodos. Si acaso difieren en algo, es en la estética. Sus líderes totalitarios, Mussolini, Hitler y Lenin tenían en común una tremenda verborrea innata. Charlatanería que, en un momento dado de la Historia, les pudo llevar a encandilar a las masas con una demagogia enfocada a conmover y manipular más que a convencer.

 

Con un mito como esperanza y un enemigo como obstáculo, lograron sus fines, que era disfrutar de poder absoluto. Pero sus pueblos tuvieron que pagar con millones de muertos sus delirios de grandeza. Los tres se inventaron un mito y un enemigo para manipular a las masas. Lenin el paraíso comunista y la burguesía; Mussolini el renacimiento del Imperio Romano y el comunismo; Hitler la raza germánica y los judíos. Podríamos añadir la variante oriental de Osama Ben Laden, que tiene su mito en el Califato Universal y su enemigo en los cruzados.

 

En España, durante la democracia, ha eclosionado nuevas variantes fascistas, como el nacionalismo radical vasco y vasca, cuyo mito es el Cromañón; el catalán, que lo tiene en los Países Catalanes y el gallego, en los celtas y el Reino Suevo. Los tres han elegido como enemigo España. Si a estos tres fascismos se les quitara el antiespañolismo, se quedarían desnudos, porque son culturalmente indigentes. La violencia fascista de los "nazionanistas" regionales españoles necesita de la continua violencia para subsistir.

 

Hemos visto ahora tres agresiones más contra María San Gil, Dolors Nadal y Rosa Díez de esta pandilla de fanáticos manipulados, que dada su baja autoestima, su insignificancia como individuos, solo se siente importantes como masa y como tribu  en contraposición y lucha contra un enemigo inventado. Tanto los islamistas como los nacionalistas radicales catalanes, los vascos, los gallegos y los izquierdistas tienen en la ambición desmedida de algunos políticos a un tonto útil de aliado. Lo que está por ver es si consiguen con esta fórmula simple conquistar el poder totalitario en sus regiones. Los que no condenan e impiden estos crímenes contra la libertad de expresión, se convierten en sus aliados y cómplices.